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Cómo hacer esquejes de la flor de Pascua

La Poinsettia o flor de Pascua es en realidad un pequeño arbusto de hoja caduca que, en su estado natural, puede alcanzar varios metros de altura y que se ha convertido en todo un símbolo de la Navidad. En estas fechas, su presencia en los hogares es muy habitual, ya que sus brácteas rojas (que en realidad son hojas, no flores) ponen una nota de color y de alegría en cualquier lugar donde la ubiques. Pero la flor de Pascua no es un solo un bonito adorno, es un ser vivo que, como cualquier otra planta, hay que cuidar convenientemente e incluso puedes ayudar a reproducir mediante esquejes. Con esta técnica básica de jardinería, puedes favorecer la conservación de la planta madre y además obtener nuevas flores de Pascua de una forma muy sencilla. Aprende cómo hacer esquejes de la flor de Pascua leyendo este artículo de unCOMO y dale una nueva vida a tu planta después de Navidad.

Cuándo hacer los esquejes de la flor de Pascua

Es importante proceder a esquejar en el momento oportuno para no dañar a la planta madre y también para tener más posibilidades de que nuestro esqueje prospere. Nunca debe hacerse cuando la planta está en su punto álgido de floración, sino después, cuando se aprecia que sus hojas comienzan a caer. En Navidad, la flor de Pascua está en todo su esplendor y debemos limitarnos o darle cuidados básicos: riego moderado sin encharcamiento, evitar corrientes y proporcionarle suficiente luz natural. El momento ideal para sacar los esquejes de nuestra flor de Pascua es a principios o mediados de febrero o, como pronto, a finales de enero, hacerlo antes sería muy precipitado.

Cómo sacar esquejes de la flor de Pascua

Sacar esquejes es una práctica sencilla que te resultará muy gratificante, al comprobar cómo de un simple tallo surge una nueva y bonita planta. Terminada la floración, cuando observes que las hojas se secan y comienzan a caer, fíjate en los pasos que debes seguir para hacer los esquejes de la poinsetia:

  1. En primer lugar, observa la planta y elige el tallo (o los tallos) que vas a esquejar. Debe ser un tallo verde (no seco), con longitud suficiente para que se aprecien los característicos nudos o yemas y con un mínimo grosor (más o menos como un lápiz).
  2. Seleccionado el tallo, necesitas unas tijeras de podar o un cuchillo bien afilado. Con esta herramienta, previamente desinfectada con un poco de alcohol, procede a podar la planta en su conjunto, es decir, corta todas las flores dejando los tallos aproximadamente a la mitad del tamaño que tenían. Así, antes de esquejar, dejarás preparada a la planta madre para una futura y nueva floración. Haz esta operación con guantes, porque el líquido lechoso (látex) que pueden soltar los tallos en el corte es irritante. Aquí puedes conocer más sobre Cómo podar la flor de Pascua.
  3. Para sellar los cortes y proteger a la planta de posibles infecciones aplica en ellos un poco de fungicida mezclándolo con el propio látex que surge del tallo cortado (como si fuera una pasta).
  4. Tras este paso, llega el momento de obtener el esqueje. Corta el tallo que habías seleccionado y hazlo desde la base, es decir desde la zona más cercana al tallo principal o a la tierra de la maceta.
  5. Obtenido el esqueje tendrás que enraizarlo.

Cómo enraizar esquejes de la flor de Pascua

Tienes dos posibilidades para lograr que el esqueje eche raíces y dé origen a una nueva planta.

  • La primera consiste, simplemente, en sumergir la base del tallo en un pequeño recipiente con agua, manteniéndolo siempre en vertical (una botella de agua es una buena opción). Cuando el tallo comience a echar raíces, deberás plantarlo en una maceta. Un truco para estimular el desarrollo de las raíces es añadir al agua una pequeña cantidad de canela disuelta, previamente, también en agua.
  • La segunda, más recomendable porque evita el riesgo de que el tallo pueda llegar a pudrirse en el agua y no prosperar, es plantarlo directamente en una maceta pequeña, a ser posible que sea biodegradable para que posteriormente puedas introducirla directamente en una maceta más grande y definitiva. Esa pequeña maceta debe contener un buen sustrato en el que no falte perlita, para favorecer un buen aireado de la tierra, y los nutrientes del humus de lombriz.

Cuándo se puede trasplantar la flor de Pascua

Para trasplantar el esqueje a su ubicación definitiva, tendrás que tener un poco de paciencia y observar su evolución. Las primeras raíces pueden tardar varías semanas en surgir, generalmente entre dos y cuatro, aunque cada planta es distinta y este periodo puede prolongarse. Solo cuando veas que de las yemas del tallo comienzan a despuntar las primeras hojas, podrás trasplantar tu nueva flor de Pascua a su maceta definitiva o incluso plantarla en un jardín si vives en un lugar de clima cálido, libre de temperaturas extremas. Lo ideal para trasplantar el esqueje y también el cepellón, donde tienes la planta madre podada, es esperar entre uno y dos meses. Puedes aprovechar la primavera (debes haber podado y esquejado a finales de enero principios de febrero) para realizar el trasplante definitivo y hacer que tus flores de Pascua ‘disfruten’ de su nueva ubicación, para lograr que luzcan espléndidas en la siguiente Navidad. Puedes conocer más sobre Cómo trasplantar una flor de Pascua en este otro post.

Ahora que sabes cómo hacer esquejes de la flor de Pascua, te recomendamos que eches un vistazo a nuestros artículos sobre sus cuidados, como estos: Flor de Pascua: cuidados y mantenimiento y Cómo regar la flor de Pascua.