La lavanda es una de las plantas aromáticas por excelencia para jardines, centros comerciales y consultorios, entre otros lugares. Esto se debe, además de a su agradable olor y su atractivo colorido, a que es una planta medicinal muy saludable con diversos usos y beneficios.
¿Tienes una lavanda en casa y no sabes cómo darle esos cuidados que tanto necesita? Si es así, este artículo de unCOMO es ideal para ti. A continuación, te enseñamos cómo podar una lavanda correctamente para que puedas disfrutar de esta bonita planta durante mucho tiempo. ¡Vamos allá!
Tipos de lavanda que existen
Esta curiosa y beneficiosa planta cuenta con más de 30 especies en todo el mundo, aunque sea esta originaria del Mediterráneo. Si quieres conocer algunas de estas especies para escoger tu favorita, en unCOMO te presentamos los 10 tipos de lavanda más comunes y populares:
Lavanda officinalis
Esta especie de lavanda, fotografiada a continuación, es la más común (Lavandula angustifolia), pues se reconoce por su intenso aroma y su potente color morado. Este color, especialmente visible durante principios de verano, desaparece con la llegada del otoño, cuando dicha especie se caracteriza por su leñoso tallo. La lavanda officinalis se usa, mayormente, con fines ornamentales, para perfumería o para emplearla en la medicina alternativa.
Lavanda latifolia
Esta especie es originaria de la subregión Mediterránea Occidental. Se caracteriza porque puede llegar a alcanzar los 80 cm de altura, por sus perennes hojas lineales y oblongas de color verde ceniza y por su olor alcanforado. Es muy utilizada para la elaboración de aceite esencial antibacteriano y antiséptico.
Lavanda dentada o alhucema rizada
La principal característica de este tipo de lavanda (y aquello que la diferencia de las demás) son sus hojas dentadas. Esta especie forma una inflorescencia de color violáceo en forma de espiga que se compone de 8 a 12 flores aromáticas. Sus tallos leñosos tienen entrenudos lanudos con pelos estrellados. Este tipo de lavanda se encuentra principalmente en España y en el noroeste de África.
Lavanda de Allard
Esta lavanda es el resultado de un híbrido entre la lavanda latifolia y la lavanda dentada. Este arbusto llega a medir hasta 1 metro de altura y desarrolla un follaje de hasta 1 metro de anchura. Su tallo puede llegar a medir 30 cm de largo y sus hojas aromáticas son de color verde gris claro, suavemente serradas con bordes amarillos. Su floración se produce a mediados de verano, cuando todo se llena de color azul pálido-lila.
Lavandula canariensis
Esta planta es originaria de las Islas Canarias y su follaje puede llegar a alcanzar hasta 1 metro y medio de altura con un espliego de hasta medio metro. Sus hojas de color verde son de tipo pinnatífidas (es decir, cuentan con pequeñas incisiones), algo que las distingue del resto.
Lavandula lanata
Esta especie, también conocida como alhucema o huagazo, es exclusiva de las montañas de España y puede llegar a medir unos 60 cm de altura. Sus tallos de color grisáceo-blanquecino están cubiertos por pelos ramificados, algo que distingue a esta especie de las otras. Su inflorescencia es densa y terminal, con flores hermafroditas y de un color violáceo intenso.
Lavandula multifida
Aunque esta especie es originaria de África, está ampliamente extendida a través de la Península Ibérica, Francia, Gran Bretaña y parte de Italia. Aunque este tipo de lavanda no sobrepasa los 80 cm de altura, se caracteriza por tener largas espigas que pueden llegar a alcanzar los 50 cm de largo. Sus flores son también de un color más morado que el resto.
Lavanda pinnata
Esta especie tiene hojas pinnadas, es decir, que tiene divisiones en sus hojas. Su tamaño no alcanza los 60 cm de altura y sus inflorescencias están formadas por tridentes. Posee grandes hojas de color grisáceo con lóbulos amplios y planos, así como pelos muy cortos y densos y flores de color intenso.
Cantueso o tomillo borriquero
La lavandula stoechas, nativa de la Cuenca mediterránea, también se encuentra en Australia y en Asia. Sus flores aparecen en forma de ramillete en espiga y se encuentran, al final, sus brácteas de color violeta. Su máxima altura no supera el metro y sus tallos son de color blanco, verde o incluso rojo, con hojas de color verde grisáceo y flores hermosas de color morado.
Lavanda viridis
También llamada lavanda amarilla, esta especie pertenece a la familia de las Lamiaceae. Esta lavanda no llega a alcanzar los 80 cm de altura, tiene tallos muy ramificados con hojas lanceoladas y sus flores son muy densas y pedunculadas. Identificarás a esta especie por sus colores, pues a diferencia del resto de lavandas, esta es de color verde lima y sus flores son de un color amarillo pálido inconfundible, como verás en la siguiente fotografía.
Cuándo podar una lavanda
Primero, debes tener presente que existen dos períodos en el año ideales para la poda de una lavanda. El primero se da durante los meses de marzo y abril, momento en que deberían quitarse las ramas ubicadas en la parte superior de la lavanda, así como aquellas que estén secas.
La segunda poda se debe realizar en septiembre, una vez haya pasado la floración. En ese momento debes deshacerte de las espigas secas y limpiar bien el arbusto para que este quede compacto y bonito.
La finalidad de la poda de la lavanda es alargarle el tiempo de vida a la planta mientras procuras que esta luzca de una buena floración y pueda garantizar un aroma intenso. Veamos, a continuación, cómo podar una lavanda correctamente para que esta crezca sana y fuerte.
Cómo podar una lavanda - paso a paso
Desde unCOMO te recomendamos que podes tus lavandas dos veces al año para que sigan creciendo sanas y fuertes. Además, es aconsejable que no riegues estas plantas regularmente, pues esto podría disminuir su delicioso aroma natural. Las lavandas son plantas de lo más hermosas, así que no dudes en aprovechar las flores podadas para decorar tu hogar, elaborar ungüentos medicinales, para tratamientos de aromaterapia o bien para extraer sus semillas y obtener nuevas plantas de lavanda.
Debes saber que es inevitablemente que la lavanda envejezca y muera, pero realizando una buena poda retrasarás dicho envejecimiento significativamente. Por ello, a continuación, te enseñamos cómo podar una lavanda correctamente paso a paso:
- Antes de empezar, deberás tener en cuenta qué tipo de poda estás haciendo y en qué momento del año. ¿Es una primera poda para retirar las flores secas? ¿Es una segunda poda para arreglar el arbusto?
- Usa guantes de podar, así como tijeras especiales para dicha tarea.
- A continuación, empieza retirando las ramas ubicadas en el centro de la planta. De este modo, lograrás estimular el crecimiento de nuevas ramas y tu lavanda seguirá creciendo bien fuerte y sana.
- Una vez te hayas deshecho de las ramas situadas en el centro, tendrás que podar los exteriores de la planta para darle un aspecto circular al arbusto y que este sea más agradable a la vista.
- Si vas a podar alguna parte donde se encuentren varias ramas secas, toma el manojo completo para que, al podarlas, queden los cortes parejos.
- Pon énfasis en podar la lavanda del centro hacia afuera, pues el centro es la parte de la planta que quedará despoblada de ramas y hojas y merece especial atención.
Beneficios de la lavanda para la salud
Para finalizar, te presentamos algunos beneficios de la lavanda para la salud que no te dejarán indiferente. ¿Quieres descubrir cómo puede ayudarte esta aromática planta ornamental? Te lo desvelamos a continuación:
- Poderoso relajante natural: las propiedades relajantes de la lavanda han hecho de esta planta una solución natural perfecta para aquellas personas que sufren de muchos nervios o ansiedad. Gracias a estas propiedades, la lavanda también puede ayudarte a conciliar mejor el sueño y a controlar las taquicardias. Si quieres más información sobre Cómo usar la lavanda para dormir, no te pierdas este otro artículo de unCOMO.
- Mejora la digestión: la lavanda se utiliza en un gran número de medicamentos para tratar problemas del aparato digestivo, pues cuenta con grandes propiedades antioxidantes. Una taza de té con lavanda puede ayudarte notablemente a hacer una buena digestión.
- Perfecta para las heridas: las propiedades antibacterianas y cicatrizantes de la lavanda la convierten en una opción magnífica para las heridas, las picaduras de insectos, las cicatrices recientes, las infecciones, etc. Puedes aplicar las hojas directamente sobre las heridas para obtener mejores resultados en menos tiempo o bien realizar tu propio aceite. En el siguiente artículo te explicamos Cómo hacer aceite de lavanda casero paso a paso.
- Remedio natural para el resfriado: terminamos mencionando las propiedades antivíricas de la lavanda, pues gracias a ellas esta planta se ha utilizado a lo largo de la historia como medicamento fundamental para tratar la faringitis, la bronquitis o el típico y molesto resfriado.