La lana es un material muy delicado. Si no lo lavas bien, encoge, y con el tiempo saca pelusas y bolas que tienes que aprender a quitar. En este artículo de unCOMO te enseñaremos cómo lavar una bufanda de lana para que puedas aprovechar todos los beneficios de este material sin sufrir los contras. Y es que, en invierno, no hay nada más cálido que enredarse una bufanda alrededor del cuello y salir a la calle pudiendo con todo. Las bufandas son una prenda que nunca pasa de moda y que protege una parte fundamental de tu cuerpo: el cuello. Protégelo bien y disminuye la posibilidad de caer enfermo. Aprende a cuidar tu bufanda de lana siguiendo estos pasos.
Necesitarás:Para evitar que la lana encoja, lo primero que debes hacer es remojar la bufanda en un barreño con agua fría y dejarlo una hora por lo menos. Este paso evita que la lana sufra cambios después al lavarla, ya que el agua fría lo que hace es ablandar la fibra del tejido y facilitar su manipulación.
2Para limpiar tu bufanda de lana, en realidad, solo hace falta agua, pero por si tiene manchas, te enseñamos cómo lavar la lana con jabón.
Utiliza un jabón suave para prendas delicadas. La lana es un tejido muy sensible y de secano. El jabón normal puede ser muy agresivo para este tejido y dañar sus propiedades. Son muchas, y entre ellas está su capacidad para lavarse a sí misma. Suena raro, pero efectivamente, la lana repele la suciedad (y también los hongos y bichos, porque es bactericida) y aguanta mucho tiempo limpia. Por eso, decimos más arriba que es importante tener en cuenta que la lana no es un tejido corriente y que cuando quieras lavar tu bufanda, deberás considerarlo dos veces.
Sin embargo, ahora ya está remojada y lista para lavar. Así que coge el jabón que hayas elegido y mézclalo con agua caliente y después agua fría para que se diluya bien. Lo usaremos solo para tratar, una por una, las manchas si las hay.
3Una vez tengas el jabón listo, localiza las partes que estén manchadas o sucias y límpialas con un cepillo. Una bufanda es una prenda pequeña, pero en prendas grandes lo mejor es lavarlas por partes, añadiendo el jabón en pequeñas cantidades sobre las manchas que veas. Es importante que al limpiar la lana, no la frotes contra sí misma para evitar que el roce convierta la lana en fieltro y te salgan bolitas.
El resto de la prenda que no esté manchada hay que limpiarla aplastando el tejido o masajeándolo con cuidado y sin jabón.
4Cuando tengas la bufanda lista, asegúrate de que no le quede jabón (si fuera necesario cámbiale el agua) y sácala del barreño.
Para secar la lana, hay que tenderla en horizontal sobre una mesa o plataforma dura y lisa, ya que si la colgamos de una percha o tendedero, como si fuera una prenda normal, se deformará entera, porque es un tejido muy flexible y se acomoda a las nuevas formas con facilidad. Esto explica que sea tan cómoda y se adapte perfectamente a tu cuerpo al llevarla puesta.
Escurre la bufanda con cuidado. Recuerda que si la lavas en la lavadora, deberás usar un programa especial de centrifugado corto (el especial para lana y ropa delicada), ya que escurrir la lana en exceso puede deformarla. Por eso, solo la presionaremos un poquito para que suelte el agua y enseguida la dejaremos secar sobre la mesa, extendida, dejándole todo el tiempo del mundo.
5La lana es un tejido que no necesita un lavado frecuente. No le gusta mucho el agua, por lo que muchas veces, un buen cepillado y ventilación serán suficientes para mantener limpias tus prendas de lana.
En el caso de la bufandas, más todavía. Ventílalas y lávalas de vez en cuando. Es decir, lavar la lana está bien, pero tienes que saber que no puedes valorarla como si fuera una camiseta al uso, porque es un tejido especial y diferente.
En el caso de que se te encoja la bufanda después de lavarla (algo que pasa sobre todo cuando usas la lavadora), remójala de nuevo y estírala hasta llegar a la forma original. Luego, seca como hemos explicado más arriba.