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Cómo limpiar una alfombra con amoníaco

El amoníaco es el perfecto aliado para la limpieza en general, siendo ideal para la limpieza de manchas rebeldes, casi imposibles de eliminar con cualquier otro producto. Asimismo, es muy utilizado para limpiar alfombras, aunque al hacerlo debe tenerse sumo cuidado y tomar precauciones. En unCOMO, te enseñamos cómo limpiar alfombras con amoniaco.

Necesitarás:
Pasos a seguir: 1

En primer lugar, para saber cómo limpiar una alfombra con amoniaco,es imprescindible recordar que, pese a todos sus usos en la limpieza, el amoníaco debe utilizarse con mucha cautela, ya que puede ser muy tóxico.

Por supuesto, debe guardarse en un lugar que no alcancen los pequeños de la casa y evitar su ihnalación y el contacto directo con la piel. Utiliza siempre guantes cuando lo uses y, una vez tengas la cantidad que precises, cierra inmediatamente el envase.

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Antes de llevar a cabo la limpieza, debes probar las mezclas en una pequeña parte de la alfombra. Aunque es poco probable que suceda, quizás tu alfombra no resiste bien el amoniaco y es mejor estar prevenido.

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El amoníaco para limpiar moquetas o alfombras de pelo largo puede utilizarse tanto para quitar manchas como para mantener la alfombra en buen estado. Si se trata de una mancha rebelde -sobre todo es muy recomendable para el barro o las manchas de grasas-, debes mezclar tres partes de agua caliente con una de amoníaco.

A continuación, deberás aplicar la mezcla sobre la parte manchada con la ayuda de un cepillo de cerdas y frotar hasta que desaparezca. Verás que no tendrás que frotar demasiado, ya que actúa muy rápido.

De cualquier forma, también puedes limpiar alfombras con vaporeta. En unCOMO te contamos cómo utilizarla en nuestro artículo Cómo limpiar con vaporeta.

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En el caso de que quieras limpiar la alfombra entera te proponemos un preparado muy fácil de hacer (las cantidades están calculadas para una alfombra de grandes dimensiones):

  1. Mezcla, en un cubo de agua caliente, un chorro de detergente líquido para limpiar los platos y un vaso de amoníaco.
  2. Reparte toda la mezcla por la alfombra con la ayuda del cepillo de cerdas, frotando con más ahínco en las zonas que hayan acumulado más suciedad y en las esquinas donde suele acumularse el polvo.
  3. Una vez terminado, deja secar la alfombra al aire libre.