El riego de superficie es un enfoque directo del riego que no trata de evitar la inundación natural de los campos. Este método de riego generalmente solo es adecuado para su uso en tierras que se utilizarán con fines recreativos o de pastoreo. El riego superficial también es apropiado cuando no hay mucho valor para los cultivos que crecen en un terreno. Una característica clave del riego de superficie es que depende completamente de una fuente de agua específica.
Una variación del riego superficial es una técnica llamada riego por cuenca. Si bien todos los métodos de riego de superficie se basan en un suministro abundante de agua, el riego por cuenca es especialmente adecuado para cultivos que tienen raíces profundas y están muy próximos entre sí. Un ejemplo común de riego por cuenca en acción es el uso de arrozales para cultivar arroz. El campo, o cuenca, está encerrado con un dique que contiene el agua. Se utilizan tuberías y canales para dirigir el agua al campo. Una vez transportada al campo, el agua enturbia el fondo de la cuenca. Después de la inundación, esta zona fangosa se utiliza para plantar plántulas frescas, ya que el lodo es especialmente fértil y rico.
Otro tipo de técnica de riego superficial es el riego en borde; es similar al método de la cuenca, pero el riego de borde no cierra completamente el campo con un dique. Más bien, el agua se suministra por un lado del campo y se drena por el otro. El riego de borde es más efectivo cuando se usa en terrenos inclinados. Otra forma más de riego superficial es el riego por surcos, que también se usa comúnmente en terrenos en pendiente. El agua se controla aún más con este método, ya que utiliza canales que se encuentran dentro del campo. Este tipo de control permite al agricultor decidir cuánta agua debe recibir cada sección de la tierra.