Las orquídeas son una de las flores más bonitas que se pueden cultivar. No obstante, si quieres mantenerlas saludables y hermosas, deberás prestar mucha atención a sus cuidados. En esta ocasión te hablamos de la importancia de mover las orquídeas y trasplantarlas, dado que son unas plantas a las que no les gusta crecer siempre en el mismo medio. ¿Quieres saber cómo trasplantar una orquídea? En unCOMO te contamos lo más importante sobre este proceso delicado, que debe llevarse a cabo cuidadosamente a fin de no estresar a estas bellas flores y prolongar su vida durante mucho más tiempo. ¡Éxito asegurado!
Pasos a seguir: 1Elegir el momento para el trasplante es una de las tareas más importantes, pues no todo vale. Las orquídeas requieren movimiento cada uno o dos años, siempre que se observe que el sustrato donde se encuentran está perdiendo los nutrientes necesarios para su desarrollo y crecimiento. A partir de que se produzca esta situación, deberás iniciar el trasplante durante la primavera, teniendo en cuenta otros factores que pueden determinar el trasplante en cualquier otro momento, como:
- Después del florecimiento de la orquídea.
- Teniendo en cuenta que una parte de las raíces de esta planta son aéreas de forma natural, habrá que trasplantarla cuando estas sobrepasen en exceso la maceta.
- Drenaje del sustrato ineficiente.
- Infestación de insectos.
- Quebramiento de maceta.
Una vez hayas seleccionado el momento más oportuno y adecuado para trasplantar la orquídea, deberás elegir la maceta donde la recolocarás. Ten en cuenta su tamaño (debe ser un espacio que le permita crecer durante 1 o 2 años) y también debe contener agujeros de drenaje, así como agujeros a los lados que le permita airearse. También es recomendable seleccionar una maceta poco profunda para evitar que se acumule agua.
3En cuanto al sustrato, debes tener en cuenta que las orquídeas crecen en árboles, por lo que no se recomienda usar una tierra general, como la que utilizas para el resto de flores, sino usar un sustrato que contenga tierra suelta, trozos de corteza y otros materiales orgánicos que favorezcan su nutrición.
4Para que el impacto del cambio no sea tan grande, riega la orquídea antes del trasplante y también remoja el nuevo sustrato a fin de que absorba y retenga humedad antes que llegue la orquídea a su nuevo espacio.
5Después de esta organización previa, ha llegado el momento de preparar la orquídea para trasplantarla. Para ello, deberás retirar la orquídea de su maceta actual. Para hacerlo correctamente, coloca una mano en la base de la orquídea mientras sostienes la maceta con la otra mano. Gira poco a poco la orquídea para despegarla y hacerla salir con mayor facilidad, como si le hicieras un masaje de un lado a otro, con un movimiento suave.
6Una vez hayas conseguido sacar la orquídea de su antigua maceta, evitando siempre cortar las raíces, enjuágala para retirarle todo el sustrato viejo que haya quedado en ella. Hazlo con tus dedos suavemente antes de limpiar las raíces con un chorro de agua, la cual es mejor que sea embotellada para evitar excesos de cal y otras sustancias del agua corriente del grifo. Este paso es importante para que la orquídea quede totalmente limpia y pueda obtener el mayor número de nutrientes del nuevo sustrato, además de eliminar los posibles insectos que tuviera.
7A continuación, retira las raíces y hojas muertas, para acabar de limpiar por completo la orquídea. Revísala en profundidad y corta todas aquellas raíces suaves y marrones, las hojas amarillentas o los pseudobulbos marchitos. Un consejo: te recomendamos espolvorear en aquellos tallos cortados un poco de canela, ya que te ayudará a proteger a la orquídea de infecciones y pudrición, actuando de fungicida. También puedes usar un fungicida especial para orquídeas, de venta en viveros.
8Llegó la hora de trasplantar la orquídea a una maceta más grande. Colócala dentro de la nueva maceta, trasladándola con cuidado y poniendo sus raíces en el interior. Cuando la tengas centrada, agrega el nuevo sustrato fresco para que adquiera todos los nutrientes y crezca sana y fuerte. La base deberá quedar cubierta. Mientras lo colocas, usa tus dedos para presionarlo y compactarlo.
9Ahora que está en su nueva maceta, deberás regar la orquídea para remojar y humedecer el sustrato. En las semanas posteriores al trasplante deberás regarla más a menudo, una o dos veces a la semana, para que el nuevo sustrato pueda absorber toda la humedad necesaria. Después, bastará con regarla cuando notes que la tierra está seca o una vez cada dos semanas, aproximadamente. Para asegurarte que no se cae ni se rompe debido a su peso, te recomendamos atarla con una cuerda suave.