¿Quieres cultivar jitomate? Se trata de una fruta deliciosa, repleta de nutrientes y muy beneficiosa para nuestra salud gracias a que contiene una gran cantidad de minerales y vitaminas ideales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Pero, actualmente, muchos de los jitomates que encontramos en los supermercados están adulterados o contienen pesticidas que pueden llenarnos de toxinas, por eso, cada vez más personas comienzan a cultivar sus propias frutas y verduras para, así, garantizar una alimentación saludable y fructífera. En este artículo de unComo vamos a descubrirte cómo cultivar jitomate indicándote las fases del cultivo así como las condiciones ambientales más idóneas para que la cosecha salga bien.
El cultivo del jitomate
El jitomate es un cultivo que presenta tres etapas principales de desarrollo. A dichas etapas se les conoce como fases de desarrollo o fases fenológicas. Los nombres que reciben las tres etapas o fases son: fase inicial, fase vegetativa y fase fenológica.
La duración aproximada de cada una de las etapas de desarrollo del jitomate es: fase inicial de 1 a 21 días; fase vegetativa de 22 a 80 días, que incluye el desarrollo vegetativo (22 a 49 días) y la floración (50 a 80 días); y la fase reproductiva de 81 a 100 días.
Estos valores son solo indicativos porque dependen de las condiciones climáticas. La maduración también depende del tipo de variedad: precoz (65 a 80 días), intermedia (75 a 90 días) y tardía (85 a 100 días). Los días hacen referencia a los días después del trasplante.
Las diferentes fases del jitomate
Para poder cultivar jitomates es importante que sepamos reconocer las diferentes fases de cultivo de esta deliciosa fruta. A continuación te las descubrimos:
Fase inicial
Esta etapa comienza con la germinación de la semilla. Su característica principal es que ocurre un rápido aumento de materia seca. Durante esta fase la planta se conoce como plántula e invierte toda su energía en desarrollar nuevos tejidos de absorción y fotosíntesis.
Fase vegetativa
El aumento de materia seca sigue ocurriendo pero de un manera más lenta. Durante esta fase la planta requiere mayor cantidad de nutrimentos para satisfacer las necesidades de las hojas y ramas en crecimiento. Cuando ocurre la floración termina esta etapa.
Fase reproductiva
Comienza con la fructificación y sus características principales son que el crecimiento vegetativo se detiene (en variedades de hábito determinado), porque los frutos comienzan su desarrollo y absorben la mayoría de los nutrientes que la planta obtiene.
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Condiciones ambientales para el cultivo del jitomate
El jitomate es un cultivo bastante noble, con lo cual quiero decir que tolera ciertas variaciones de las condiciones ambientales sin ver demasiado afectada la producción. Obviamente tiene sus límites, los cuales no hay que exceder o de lo contrario la planta puede llegar a morir.
Así pues, para cultivar jitomates y sacarle el máximo provecho al cultivo entonces tienes que brindarle determinadas condiciones ambientales en las que se desarrolla de mejor manera siendo las más importantes la temperatura, la humedad y la luminosidad.
Temperatura ideal para el cultivo del jitomate
La temperatura óptima de desarrollo durante el día oscila entre 20-30 ºC. Temperaturas superiores a los 30-35 ºC afectan la fructificación y el desarrollo de la planta en general, siendo el desarrollo de las raíces y los óvulos las cuestiones más dañadas. Temperaturas diurnas menores de 12-15 ºC también afectan el desarrollo de la planta.
En lo referente a las temperaturas nocturnas, estas deben estar entre 15-18 ºC. Por debajo de 12 ºC se detiene el crecimiento y a los 0 ºC la planta muere. Con estas temperaturas concluimos que el jitomate es una planta de clima cálido.
Humedad aconsejada para el jitomate
La humedad relativa óptima para el cultivo de jitomate está entre 60 y 80 %. Una mayor humedad favorece el desarrollo de enfermedades en el follaje y el agrietamiento de los frutos; también la fecundación se ve muy afectada dado que el polen se compacta y parte de las flores abortan.
Es importante mencionar que el jitomate es una planta muy sensible a las variaciones en el riego, es decir, si se deja períodos de tiempo sin riego y después se riega bastante es muy seguro que los frutos se abran, haciéndolos inservibles para la comercialización. El jitomate es un cultivo insensible a la cantidad de horas luz del día, pero sí requiere de una buena iluminación pues a falta de esta los procesos de floración y fecundación pueden verse seriamente perjudicados, al igual que el desarrollo vegetativo.
La densidad de siembra, el tutorado y otras prácticas culturales pueden modificar la iluminación que reciba el cultivo. Cabe hacer la aclaración que los datos mencionados son solamente orientativos, pues estos pueden cambiar dependiendo de la variedad e inclusive en distintas regiones los límites máximos y mínimos se pueden modificar, por lo que siempre hay que estar atento al desarrollo del cultivo.
En este otro artículo te damos consejos para que sepas cuidar tomates.
El origen del jitomate
El jitomate es una planta originaría América. Actualmente se aceptan dos cetros de origen para esta hortaliza: México y Perú. En ambos países existe evidencia sobre el proceso de domesticación del jitomate, lo que indica que esta pudo ocurrir en ambas regiones al mismo tiempo, sin que hubiese contacto directo entre ambas zonas.
En Sudamérica el jitomate se cultivó en la región andina y posteriormente se extendió por todo el continente. Aún hoy en día es posible encontrar plantas de jitomate silvestre en algunas regiones, lo que permite a los investigadores hacer mejoras genéticas para fortalecer las variedades comerciales de jitomate.
Los aztecas utilizaron el jitomate como alimento pero también para usos medicinales. Su consumo de expandió hacia Centroamérica a través de los mayas y otras culturas, y hacia Europa de la mano de Hernán Cortés. Con el tiempo los españoles lo llevaron a todo el Caribe y entró a Asia a través de Filipinas. Sobre el nombre de esta hortaliza tanto tomate como jitomate son correctos.
Origen de la palabra "jitomate"
Tomate deriva del vocablo náhuatl tómatl. Jitomate a su vez proviene de xictomatl. En sentido estricto jitomate solo debe utilizarse para hablar de variedades de tomates grandes, rojos y que presentan una especie de ombligo. En el norte de México el vocablo utilizado es tomate, mientras que en el centro y sur se prefiere jitomate.
Esto es así para diferenciarlo del tomate verde o tomate de cáscara, que en el norte se le conoce como tomatillo, por lo que no hay confusiones. Igualmente se utilizan mucho los vocablos tomate bola o tomate saladet, que hacen referencia a dichas variedades.
Soluciones nutritivas para el cultivo del jitomate
El cultivo del jitomate es uno de los más importantes tanto a nivel mundial como a nivel nacional, por lo cual será con este cultivo con el que iniciaremos las recomendaciones de soluciones de nutrientes para que se desarrolle adecuadamente.
Como suele pasar que en alguna zonas no esté disponible alguno de los fertilizantes los recomendaremos distintas formulaciones para que tengas el poder de elegir. También es recomendable que preguntes por los precios de los fertilizantes para que puedas hacer cuentas y elegir aquella combinación que te resulte más económica.
Solución nutritiva 1
- Sulfato de Potasio, 551 gramos.
- Fosfato Monoamónico, 297 gramos.
- Nitrato de Potasio, 140 gramos.
- Sulfato de Magnesio, 950 gramos.
- Nitrato de Calcio, 1,230 gramos.
- Solución madre de micronutrimentos, 100 mililitros.
Con esta solución de nutrientes se aporta a las plantas las siguientes cantidades en partes por millón: 200 de Nitrógeno (N), 80 de Fósforo (P), 178 de Potasio (K), 300.4 de Calcio (Ca), 93 de Magnesio (Mg), 144.3 de Azufre, 1.85 de Hierro (Fe), 0.75 de Manganeso (Mg), 0.50 de Boro (B), 0.08 de Cobre (Cu) y Zinc (Zn), y trazas de Molibdeno (Mo) y Cloro (Cl).
Solución nutritiva 2
- Ácido Fosfórico, 175 mililitros.
- Nitrato de Potasio, 650 gramos.
- Sulfato de Magnesio, 950 gramos.
- Nitrato de Calcio, 1,230 gramos.
- Solución madre de micronutrimentos, 100 mililitros.
Con esta solución de nutrientes se aporta a las plantas las siguientes cantidades en partes por millón: 190 de Nitrógeno (N), 71 de Fósforo (P), 251.4 de Potasio (K), y los demás nutrientes tienen el mismo valor que en la solución nutritiva 1.