La salvia es una planta originaria de zonas de Europa con clima templado y, hoy en día, se ha convertido en una de las hierbas más utilizadas con fines medicinales debido a las múltiples propiedades que se le han atribuido desde hace muchos siglos. Destaca especialmente por sus efectos antiinflamatorios y por ser excelente para pacientes con diabetes o quienes sufren de problemas digestivos. Si quieres beneficiarte de tosas sus bondades y vas a cultivarla tú mismo, presta atención a este artículo de unComo en el que te explicamos cómo cuidar la salvia con todo detalle.
Pasos a seguir: 1En primer lugar y antes de detallar los cuidados que necesita la planta de salvia es necesario prestar atención al modo de plantación para asegurar que crezca correctamente. Fundamentalmente, se trata de una planta que puede cultivarse a partir de semillas o plántulas al aire libre o en macetas. En cualquier caso, debes tener en cuenta que la salvia requiere de suelos neutros o un poco calcáreos y arenosos que favorezcan un drenaje óptimo y una buena circulación del aire. Se deben evitar aquellos suelos ácidos y pesados.
2En el caso de que vayas a plantar la salvia en macetas, es importante que los tiestos sean bastante amplios para que sus raíces de desarrollen bien. Lo aconsejable es que las macetas cuenten al menos con unos 25 o 30 cm de ancho y que los esquejes se sitúen en filas con una separación entre ellos de 20 cm aproximadamente. La tierra que utilices deberá estar bien abonada para que la planta reciba el potasio, el nitrógeno y el fósforo necesario para crecer fuerte. Te aconsejamos consultar nuestro artículo sobre Cómo plantar salvia para saber todos los pasos que debes seguir en el momento de cultivarla.
3En cuanto a los cuidados de la salvia, primero es conveniente saber que la temperatura ideal para su crecimiento debe situarse por encima de los 15 grados centígrados, por lo que se trata de una planta que requiere de un ambiente cálido y una buena iluminación, aunque la incidencia directa del sol no es aconsejable. Lo mejor es que ubiques la salvia en un lugar iluminado con mediasombra y en el caso de que tengas que ubicarla en el interior de casa, busca una ventana o una terraza a través de la que entre bastante luz. Eso sí, procura que haya también una buena circulación del aire.
4El riego de la salvia debe ser moderado asegurándote de que no queden encharcamientos en el terreno o el tiesto, ya que estos son una de las principales causas de la muerte de este tipo de plantas y pueden llegar a ocasionar la putrefacción de sus raíces. Se recomienda mantener el suelo húmedo cuando la planta aún es pequeña, pero una vez que crezca el riego se debe limitar únicamente a cuando observes que el suelo o sustrato está completamente seco.
5La fertilización de la salvia es otro aspecto a tener en cuenta para que crezca sana y poder darle, posteriormente, a sus hojas los fines culinarios o medicinales que desees. Se suele utilizar un abono líquido bien diluido en el agua de riego una vez cada 15 días en primavera y verano, por el contrario en otoño e invierno la aplicación de abono debe suspenderse. Lo más favorable para la salvia es que el abono sea muy rico en nitrógeno, fósforo, potasio, así como que contenga otros componentes como magnesio, hierro, manganeso, cobre, zinc, boro y molibdeno.
6La planta de salvia puede verse atacada por diferentes tipos de insectos como la mosca blanca, los ácaros, las orugas o las babosas, aunque si es cultivada en interior generalmente bastará con rociarla con una manguera el tiempo suficiente hasta que el agua arrastre a estos bichitos. Cuando este método no funciona, se recomienda pasar una esponja o un algodón humedecido con alcohol por las partes afectadas. De todos modos, te invitamos a consultar los siguientes artículos que pueden servirte de ayuda para cuidar la salvia:
- Remedios caseros contra la mosca blanca
- Remedios caseros contra babosas y caracoles
- Cómo hacer pesticidas naturales