Al disparar clavos de manera rápida y precisa, las pistolas de clavos hacen el trabajo de un martillo de manera fácil y eficiente. Son utilizados por carpinteros profesionales por su facilidad y precisión, así como en la industria de la construcción y para varias reparaciones caseras de bricolaje. Se usan diferentes pistolas para diferentes aplicaciones, y no siempre usan el mismo tipo de clavos o tamaños de clavos. Las pistolas de clavos pueden ser impulsadas neumáticamente por un compresor de aire o alimentadas por batería e inalámbricas. Las pistolas de clavos inalámbricas tienen un cartucho de gas reemplazable lleno de butano, un gas inflamable. Una corriente eléctrica de la batería alimenta una bujía, lo que provoca una pequeña explosión en una cámara de combustión que enciende el gas. La explosión impulsa el pistón, que libera el clavo y lo impulsa hacia adelante y hacia el material que se está sujetando. La presión del gas proporciona un clavado y una velocidad consistentes a baja velocidad.
Las pistolas de clavos inalámbricas son especialmente convenientes para su uso en espacios reducidos donde la movilidad es limitada. Son livianos y tienen un agarre fácil que es esencial para un uso prolongado. Las pistolas de clavos inalámbricas para enmarcar se utilizan en la industria de la construcción y una celda de combustible puede clavar alrededor de 1200 clavos. Una batería llena puede descargar hasta 400 clavos, de dos a tres clavos por segundo. Las pistolas de clavos inalámbricas para acabado que se utilizan para carpintería, ebanistería, molduras y molduras pueden disparar alrededor de 400 clavos por hora. Los modelos más caros pueden disparar hasta cinco clavos por segundo, tanto en superficies duras como blandas.
La alta velocidad de la pistola de clavos la convierte en una herramienta muy peligrosa; el resultado es muy parecido a disparar balas de un arma. Por lo tanto, las medidas de seguridad son esenciales, especialmente el uso de equipo de protección para los ojos.