La hiedra, cuyo nombre científico es Hereda, es un tipo de planta compuesto por hasta 15 especies diferentes. Se caracteriza por ser una planta trepadora, además de leñosa y de hoja perenne, lo que la convierte en una planta que crece desde el suelo y se extiende a lo largo y a lo ancho, pero que, cuando encuentra una estructura por la que trepar, comienza a desarrollarse en vertical creciendo sobre la estructura.
Estas estructuras pueden ser tanto naturales (rocas o árboles) como artificiales (edificios o vallados), lo que permite a esta planta embellecer y naturalizar todo tipo de entornos urbanos. Si quieres saber más información útil de jardinería y te apetece descubrir cómo cuidar una planta hiedra, sigue leyendo unCOMO.
Características de la Planta Hiedra
La hiedra es un tipo de planta formada por 15 especies diferentes original de las islas del este del Atlántico norte. Sin embargo, también es cierto que se trata de una planta que se adapta muy bien a la mayoría de los ecosistemas, lo que hace que en la actualidad se encuentre dispersa por todo el planeta.
La principal característica de la hiedra es que es una planta trepadora. Se desarrolla a partir de pequeños tallos en el suelo que se extienden con mucha rapidez. Cuando estos tallos encuentran una estructura vertical a la que adherirse, empiezan a crecer sobre dicha estructura, lo que, en muchas ocasiones, termina por constituir una cobertura completa de la estructura en cuestión. Esto lo consigue a partir de pequeñas raíces que crecen en las ramificaciones y que se adhieren a las superficies sobre las que crecen, permitiendo así que la planta se aguante.
En la mayoría de las ocasiones, las hiedras constituyen un embellecimiento de las fachadas. Sin embargo, también es importante saber que, las mencionadas raíces del ramaje vertical, pueden llegar a penetrar en el mortero de algunos muros, lo que puede ser dañino para la estructura. Esto no supone ningún peligro en el caso de fachadas construidas a partir de materiales resistentes como el cemento, el hormigón o incluso el acero. No obstante, en aquellas fachadas donde el mortero usado sea débil y arenoso, conviene estar atentos a la forma en que la hiedra se expande, no vaya a ser que termine por perforar la superficie del muro.
Tipos de planta Hiedra
Como hemos comentado, existen hasta 15 tipos de hiedras diferentes. Todas ellas tienen características muy similares y se adaptan bastante bien a la mayoría de los climas. No obstante, algunas especies son más comunes debido a su aspecto y a la facilidad con la que se pueden cultivar y adaptar a cualquier entorno. Algunas de ellas son las siguientes:
Hedera hibernica
También conocida como hiedra del Atlántico o hiedra de Irlanda en los países de habla hispana. Se trata de una hidra que cuenta con un crecimiento muy rápido, lo que hace que en algunos lugares se la considere una especie invasora. Se caracteriza por sus frutos redondos y azulados, de aspecto similar a los arándanos pero venenosos, por lo que se debe evitar su consumo
Hedera canariensis
Constituye una variedad original de las islas Canarias. Se caracteriza por ser una especie menos agresiva que la Hereda hibernica y está emparentada con la Hereda helix, tanto por su aspecto como por su comportamiento. De hecho, algunos expertos la consideran una subespecie de esta última
Hereda helix
Se trata de la hiedra común y es la más extendida de todas, ya que incluso se puede encontrar de forma salvaje en regiones que van desde Asia y Europa hasta algunas zonas de África. Se caracteriza por sus frutos de color negro, de tamaño similar al de un guisante. Como todas las anteriores, este tipo de planta hiedra es venenosa, por lo que se debe evitar su consumo.
Hiedra Interior
El hecho de ser una planta trepadora, hace que normalmente la hiedra sea de exterior. Sin embargo, también existe la planta hiedra interior, caracterizada por tener hojas más pequeñas que permiten su localización en espacios más pequeños. A este tipo de hiedra se la suele llamar hiedra inglesa.
Cómo cuidar de la Planta Hiedra
La hiedra es una planta perfecta para los principiantes en el mundo de la jardinería, ya que requiere muy pocos cuidados y responde bien a la mayoría de entornos. Sin embargo, si queremos que esté en perfectas condiciones, lo más aconsejable es que tengamos en cuenta lo siguiente:
- Luz: la hiedra se adapta bien tanto a entornos de mucho sol como de poco. No obstante, es preferible que esté en un lugar con abundante luz pero que no tenga sol directo. De hecho, cuando recibe demasiado sol directo, lo más probable es que sus hojas se tornen de un color amarillento.
- Riego: es importante mantener el suelo húmedo, aunque tampoco encharcado. En verano bastará con regarla 2 o 3 veces por semana, mientras que en invierno bastará con hacerlo solo una vez.
- Abonado: es importante abonarla por lo menos una vez al año. La mejor época es en primavera, cuando empieza a crecer con más fuerza.
- Poda: se trata de una planta que puede crecer entre 10 y 20 centímetros al año. Debido a esto, es importante podarla de vez en cuando para asegurarse que crece correctamente. La mejor época de poda es a principios del verano o a mediados del otoño.
- Sustrato: se adapta bien a la mayoría de sustratos, tanto si está en suelo como en maceta. No obstante, prefiere los sustratos ligeramente ácidos, con un pH igual o inferior a 7.
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