Las plantas son la principal fuente de alimentos y el origen de muchos de los medicamentos que forman parte de nuestro día a día y, de todas ellas, una de las que conviene tener cerca es la planta de menta poleo. Esta planta es una de las más recomendables para solucionar los problemas digestivos derivados de los excesos de las comidas copiosas, así como una manera excelente de apoyar la actividad y el trabajo del hígado y la vesícula biliar. Puedes conseguirla en multitud de tiendas y herbolarios. Sin embargo, si quieres tenerla a mano siempre, una de las formas más sencillas de conseguir es criarla tú mismo en casa. Si quieres saber cómo cuidar la planta de poleo menta y conseguir hacer tú mismo estas infusiones, sigue leyendo unCOMO y te lo contamos.
¿Qué cuidados necesita la planta de poleo menta?
Una de las ventajas que tiene la planta de poleo menta es que se trata de una planta que resulta sencilla y fácil de cuidar. Esto hace que se pueda tener tanto en maceta como plantada directamente en el suelo en un parterre. Sin duda, si queremos obtener los mejores resultados y la mayor cantidad de hojas de esta planta para realizar infusiones, lo más aconsejable será plantarla directamente en el suelo. Sin embargo, si no disponemos de espacio para ello, podremos usar perfectamente una maceta, aunque el crecimiento será más humilde al tener menos espacio por el que expandirse.
La planta de poleo menta se puede cultivar directamente con sus semillas o mediante esquejes procedentes de otra planta ya crecida. La época más recomendable para plantarla es la primavera, aunque si lo hacemos en otoño también podremos obtener buenos resultados, especialmente si se hace con esquejes.
Uno de los aspectos más importantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de cuidar la planta de poleo menta es que se trata de una planta que necesita abundante sol. De este modo, lo mejor será colocarla en un parterre donde reciba abundantes horas de luz directa a lo largo del día o, en el caso de plantarla en una maceta, asegurarse de que está colocada en un lugar donde llega la luz directa del sol, ya sea en interior o exterior.
Así mismo, también se trata de una planta que necesita abundante agua, aunque esto no debe interpretarse como que deba estar encharcada. De hecho, durante los meses de verano, será muy importante asegurarse de que la tierra no llega a secarse, por lo que se recomienda regarla la mayoría de los días. El resto del año, será importante mantener húmedo el suelo, aunque al haber menor evaporación no requerirá un riego tan continuado.
Respecto al suelo, la planta de poleo menta necesita de suelos fértiles. Por ello, se recomienda abonar la tierra de alrededor al menos una vez al año, preferiblemente en otoño. No obstante, si coincide con el momento en el que se ha plantado la planta, lo mejor será esperar al año siguiente para realizar el abonado.
¿Para qué sirve la planta de poleo menta?
Las hojas de la planta de poleo menta se utilizan ampliamente en el tratamiento de diversos trastornos digestivos. Su principal uso es el que se refiere a las digestiones pesadas o los cólicos. Esto se debe a sus propiedades hepatoprotectoras. Los fitoelementos presentes en esta planta estimulan la producción de bilis por parte del hígado y la vesícula, lo que permite que trabajen con mayor facilidad y, en consecuencia, permitan digerir los alimentos de forma más eficiente y rápida.
De hecho, se trata de una infusión especialmente recomendada después de las comidas copiosas o muy grasientas, o aquellas en las que se han consumido bebidas alcohólicas, ya que su acción va a permitir que se digieran con más facilidad. Además, también va a favorecer la expulsión de los gases. Esto permite reducir la distensión estomacal, lo que favorece de nuevo la digestión y permite reducir la sensación de barriga hinchada tan característica después de este tipo de excesos. Por eso, es un remedio natural perfecto para calmar la acidez.
¿Cómo recolectar la menta poleo?
Para recolectar las hojas de la planta de la menta poleo bastará con hacerlo de forma que la planta no llegue a sufrir demasiado. En este sentido, es importante que aprovechar las hojas procedentes de la poda de la planta, que se podrá realizar cuando haya crecido demasiado. No obstante, es mejor hacerlo en los meses del otoño, y evitar especialmente la primavera, que es cuando la planta comienza su crecimiento más intenso, ya que florece en verano.
Una vez que se tengan las hojas de la menta poleo, lo mejor será depositarlas en una bolsa de tela para que se sequen de forma natural. Otra opción será dejarlas secar al aire libre, aunque siempre se recomienda protegerlas de la luz directa para que no pierdan sus propiedades. Además, de las hojas, también se podrán aprovechar los tallos de las ramas para la elaboración de las infusiones, lo que permitirá obtener una cantidad mayor de cada cosecha.
Una vez que estén secas, la infusión de menta poleo se prepara hirviendo un poco de agua y depositándola después en un vaso o taza con las hojas de la planta. Debido a que se trata de una infusión medicinal, se recomienda dejarla infusionar bastante tiempo. Esto conseguirá un sabor más intenso, pero también una mayor cantidad de fitoelementos activos que ayudarán al proceso digestivo.