El té es una de las bebidas más de moda actualmente, algo nada sorprendente teniendo en cuenta los numerosos beneficios que aporta al organismo humano. Es por ello que muchas personas se han lanzado a cultivar la Camellia sinensis, planta del té, en su propio huerto o jardín. En este artículo de unComo te damos algunas indicaciones sobre cómo hacerlo, pero ten en cuenta un dato: el té rojo es una variedad fermentada o envejecida del té verde, es decir, de las hojas ‘originales’ que se recolectan de la planta. Por lo tanto, para lograr té rojo necesitarás mucha paciencia y tiempo, sabiendo además que las condiciones climáticas que se dan en Oriente para la producción del té rojo, en ambientes tropicales preferiblemente, son muy difíciles de reproducir en otro hábitat.
Pasos a seguir: 1Compra en un vivero una planta de té que se vea saludable y emplázala en un lugar bien soleado y con suficiente espacio para crecer. La temperatura ideal de desarrollo no debería ser inferior a 12ºC ni superior a 35ºC. El suelo debe estar bien drenado con un pH ácido-neutro, al que hay que añadir una capa de mantillo.
2Durante los periodos secos, es importante regar abundantemente. La cantidad de fertilizante a emplear debe ir creciendo con la propia planta, oscilando desde los 100 gramos al inicio a los 900 gramos en su apogeo. La mezcla debe llevar nitrógeno, ácido fosfórico y magnesio, entre otros minerales.
3Recolecta las hojas que mejor aspecto tengan. En vez de procesarlas para té verde -para lo cual se calientan en sartén durante unos 20 minutos-, se deben dejar envejecer. Este proceso debe durar al menos dos años, para lo cual hay que formar una gran bola con esas hojas e introducirla en una barrica de bambú. Es entonces cuando adquirirá ese color rojo oscuro tan particular.