Al entrar en contacto con el oxígeno, los metales comienzan a corroerse. Esto se produce cuando los átomos de oxígeno rompen la unión de los átomos en los metales. El proceso de la corrosión comienza cuando el metal entra en contacto con el medio que lo rodea y comienza a perder su estructura y propiedades tanto físicas como químicas.
¿Se puede prevenir la corrosión para que los metales duren mucho más tiempo? ¿Has tenido o detectado problemas de corrosión en tu casa, vehículo o lugar de trabajo? En unCOMO, te explicamos cómo evitar la corrosión y la oxidación en los metales como la galvánica, el hierro y el acero. ¡Vamos a ello!
Qué son la corrosión y la oxidación
La corrosión y la oxidación son dos procesos que, aunque ligeramente diferentes, dañan los metales y reducen el tiempo de utilidad de muchos de los objetos que utilizamos en el día a día. En este apartado te explicamos qué es la corrosión y la oxidación, sus causas y efectos, así como también los tipos de ambientes que generan este proceso.
Qué es la corrosión
El fenómeno de la corrosión se refiere al deterioro de un metal debido a un ataque químico o electroquímico externo. De esta forma, se produce un desprendimiento de electrones en el material al estar en presencia de un electrolito o reactante como el agua o el oxígeno. En términos técnicos, los metales pasan de una región anódica a una región catódica. En la región anódica se produce la corrosión del metal y en la catódica ocurre su contaminación y reducción.
La corrosión no es un fenómeno presente exclusivamente en los metales, ya que también afecta a otros materiales como la cerámica y el vidrio. Asimismo, está presente en plásticos, cuyo fenómeno se conoce como degradación polimérica. Además, estos procesos afectan negativamente al medio ambiente, tanto a la atmósfera como al agua.
Qué es la oxidación
La oxidación, por su parte, representa el fenómeno que produce la corrosión de los metales cuando el reactante es exclusivamente el oxígeno, el cual proviene, generalmente, del agua o del aire. La oxidación es la reacción química resultante de la combinación del oxígeno con otros materiales y sustancias, dando como resultado moléculas de óxidos que producen la corrosión de los materiales. La corrosión se produce por la pérdida de electrones en los átomos de los materiales que quedan cargados positivamente.
Al oxígeno se le llama agente oxidante porque gana electrones, mientras que al material que pierde electrones se le llama agente reductor. En este proceso, el oxígeno se reduce porque gana electrones y el material se oxida porque pierde electrones.
En algunas ocasiones, la oxidación se produce intencionalmente en las industrias. Por ejemplo, el aluminio, que se encuentra en la naturaleza como bauxita, se extrae a partir de un proceso de electrólisis en el cual se separa el óxido de aluminio del aluminio en su estado puro.
Tipos de ambientes corrosivos
Existen diferentes tipos de ambientes que producen la corrosión. Entre los que podemos mencionar están:
- Atmosférico: sus principales agentes oxidantes son el oxígeno y el agua. Abarca la mayor parte de los ambientes corrosivos, ya que está presente en todo el planeta.
- Marino: se caracteriza por la presencia de agua salada, tal como sucede en los mares u océanos. El agua salada contiene cloro, un agente altamente corrosivo.
- Industrial: este ambiente es altamente corrosivo por su gran cantidad de gases y líquidos contaminantes y corrosivos. Algunos de ellos son los materiales sulfurosos, nitrosos, entre otros.
- Galvánico: ocurre cuando un metal entra en contacto con otro metal más noble (metales que generan poca reacción química y son poco susceptibles a la corrosión) y ambos están inmersos en un electrolito o medio húmedo.
Algunos objetos como las baterías suelen ser muy susceptibles a la corrosión y oxidación. Visita nuestro artículo Cómo limpiar los elementos corroídos de las baterías para saber más.
Cómo evitar la corrosión galvánica
La corrosión galvánica se produce entre dos metales de naturaleza diferente que entran en contacto mientras están sumergidos en un electrolito como puede ser el agua salada. Esto resulta en un proceso electroquímico que produce la corrosión.
Un ejemplo de corrosión galvánica ocurre, especialmente, en ambientes marinos o en las costas. Colocar metales poco susceptibles a la corrosión junto a metales altamente susceptibles acelera el proceso de corrosión del metal susceptible. Suele ocurrir en las láminas de acero corrugado cuando el zinc que lo protege se rompe. Ha ocurrido también en algunos barcos, cuando se utilizaban clavos de hierro para fijar el cobre de la cubierta a la madera.El cobre se corroe más rápidamente si entran en contacto con el hierro en agua de mar.
Para evitar la corrosión galvánica, puedes seguir los métodos y técnicas que te detallamos a continuación:
- Aísla los puntos de contacto entre los metales utilizando plástico o material de caucho aislante.
- Coloca electrodos de sacrificio como el zinc y el magnesio para que sean estos los que sufran la corrosión y sean sustituibles cuando estén desgastados. Este proceso se conoce como protección catódica.
- Evita usar materiales que tengan diferentes niveles de potencial electroquímico.
- Recubre zonas de contacto con pintura aislante.
- Utiliza la técnica de la galvanoplastia: recubre el metal con un electrolito como la plata o el níquel.
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Cómo evitar la corrosión en el hierro
El hierro representa el cuarto elemento o material más abundante en la Tierra. Su símbolo en la tabla periódica es Fe y es un material ferromagnético. Se extrae directamente de las minas y es tratado en las siderúrgicas. Como todo metal, está expuesto a sufrir el fenómeno de la oxidación.
Algunos de los objetos que utilizamos diariamente y están hechos de hierro son las herramientas como los martillos, los tornillos y las tuercas, así como también las llaves, las puertas, las barandas, los marcos de las ventanas, los marcos de las sillas, los brazos mecánicos y los engranes. Para evitar la corrosión en el hierro, puedes usar los siguientes métodos:
- Cubre el hierro con aerosoles antioxidantes que reaccionen a las sustancias corrosivas.
- Protege el hierro con metales activos. Usa aleaciones que lo modifiquen químicamente, tal como puede hacerlo el acero inoxidable.
- Recubre el hierro con una capa impermeable de pintura que evite que entre en contacto con el aire y el agua.
Cómo evitar la corrosión del acero
El acero es un metal que se produce de la combinación de hierro y carbono. Sin embargo, el acero también tiende a oxidarse. Este proceso empieza cuando el acero es expuesto al oxígeno, lo cual forma óxido férrico. Al ocurrir este fenómeno, el acero adopta un color rojizo. Al pasar el tiempo, esto producirá un deterioro en la superficie del acero, dejándolo expuesto y comenzando el proceso de corrosión.
Algunos de los objetos diarios que están hechos de acero incluyen los tornillos, clavos, los utensilios de comida o en piezas de los automóviles. Para evitar la corrosión del acero, puedes utilizar las siguientes técnicas o procesos antioxidantes ideales para el acero:
- Realiza una protección catódica con ánodos de zinc o recúbrelo con zinc.
- Recubre el acero con plásticos.
- Cubre o pinta el acero con pinturas antioxidantes.
- También puedes utilizar el acero inoxidable, fabricado con cromo, silicio y manganeso.
- Realiza un proceso de imprimación. Este consiste en recubrir el acero con una especie de pintura anticorrosiva. Si el acero se va a utilizar en exteriores, debes usar plumbato cálcico, y si vas a utilizarlo en interiores recubre con cromato de zinc.
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