Hoy en día, el congelador se ha convertido en un electrodoméstico casi indispensable en todos los hogares. Es de gran ayuda en la cocina, permite ahorrar mucho tiempo y posibilita el almacenaje de casi cualquier tipo de alimentos. Para poder adaptarlo a todo tipo de hogares y necesidades, existen diferentes clases y modelos de congeladores, en función básicamente de sus dimensiones. Para que puedas hacer la elección más acertada, en unComo te contamos cuáles son los tipos de congelador.
Frigorífico
Es el tipo de congelador más pequeño, ya que se combina con la nevera; aun así, existen muchos modelos y puedes llegar a encontrarlos con una capacidad de 50 litros. Está pensado para personas solas o familias con pocos miembros. Estos congeladores están más indicados para la conservación de alimentos, aunque también congelan.
Podemos encontrar modelos como el de la fotografía, donde la parte frigorífica es la superior y el congelador la inferior, o a la inversa. Será uno de los tipos de congeladores más recomendables para cocinas pequeñas en las que no se dispone de espacio para más de un electrodoméstico.
Armario con cajones
Se abren por delante -al igual que los frigoríficos, tienen la misma apariencia-, tienen mucha capacidad y ocupan poco espacio. Este tipo de congelador muy cómodo para almacenar alimentos y, posteriormente, buscarlos. Disponen de varios cajones, donde poder ordenar los diferentes productos; además, suelen ser transparentes, por lo que se ve el interior.
Como desventaja, podemos apuntar que al abrir la puerta, se escapa el frío y, por lo tanto, consumen más. Del mismo modo, resulta necesario ser cuidadoso con las puertas abatibles de algunos de estos modelos o, de lo contrario, pueden romperse a causa del uso.
Arcón
La apertura se sitúa en la parte superior, como si de un baúl se tratara. Estos congeladores son los que mantienen mejor la temperatura, por lo que también los que menos energía consumen. Es ideal para familias numerosas, ya que su capacidad puede llegar a los 400 litros. También es muy útil para personas que viven en lugares más aislados y no tienen tan fácil acceso a productos frescos.
Su aspecto negativo es que se necesita suficiente espacio en casa donde ubicarlo, ya que son grandes; aunque si no dispones de suficiente espacio en la cocina, siempre podrás ubicarlos en otra estancia como la despensa, el garaje, etc.