A lo largo de los años, ha habido una serie de desarrollos tecnológicos en el campo del riego. Aunque todos los sistemas de riego proporcionan agua a las plantas, los métodos para hacerlo varían ampliamente.
Las técnicas de riego superficial implican cubrir un campo completo con agua. El riego por aspersión moja las plantas pero produce escurrimiento. Por el contrario, el riego por goteo es un método de riego mucho más controlado. Funciona exponiendo las raíces a un suministro directo de agua. Este método se ve facilitado por el uso de emisores de goteo, que liberan agua de manera lenta y constante. Los emisores de goteo son pequeños, aproximadamente del tamaño de una moneda de veinticinco centavos, y están ubicados en el suelo, generalmente dispuestos en filas. Los emisores de goteo están conectados a una fuente de agua mediante una manguera de alimentación. Otra versión de riego por goteo utiliza una manguera que tiene emisores de goteo incorporados. Esta variación de la técnica de riego por goteo se llama cinta de goteo.
El mayor beneficio de cualquier tipo de riego por goteo es el control que brindan estos métodos. Además, estas técnicas de riego son muy económicas y precisas. Por ejemplo, la cantidad de agua que usa un rociador de césped típico se mide en galones por minuto:el rociador estándar emitirá entre uno y cinco galones (de cuatro a 20 litros) de agua por minuto. En cambio, la cantidad de agua que utiliza un gotero se mide en galones por hora. Un flujo de agua tan lento prácticamente garantiza que será absorbida por el suelo donde se utilizará de manera más eficiente y donde no se evaporará. Un sistema de riego por goteo bien instalado y mantenido prácticamente elimina el fenómeno del desperdicio de agua.