Cuando pensamos en los tomates nos suele venir a la mente ese fruto de un rojo intenso, asociado al sol del verano y que crece en las huertas en forma racimos que se amontonan en las ramas de diferentes matas que crecen a ras de suelo si no se colocan debidamente con espalderas para facilitarles su crecimiento. Sin embargo, también existe otro tipo de tomate que, si bien no es tan conocido, también tiene que ser considerado como un tomate de pleno derecho. Aunque, en este caso, estamos hablando de tomates que crecen en árboles.
Se trata de un fruto que se puede consumir tanto crudo como cocinado, igual que sucede con los tomates comunes. Es un fruto realmente útil a la hora de usarlo en la gastronomía, por lo que convendría no perderlo de vista tanto para guisos como para ensaladas. Si quieres conocer un poco más de esta planta, así como saber cómo cultivar tomate de árbol, sigue leyendo unCOMO y te lo contamos todo sobre el cultivo del tomate de árbol.
Qué es el tomate de árbol
El tomate de árbol, también llamado tamarillo o tomate arbóreo de Perú, es un tipo de tomate muy parecido al tomate convencional pero que se caracteriza por crecer como un árbol frutal en lugar de hacerlo en mata en forma de arbusto como sucede con los tomates más conocidos.
Aunque su origen lo encontramos en Sudamérica, especialmente en la región andina, hoy en día se puede encontrar con facilidad en gran parte del continente americano, desde Argentina a Estados Unidos. Asimismo, también es un árbol popular en otras regiones tan dispares como pueda ser Nueva Zelanda, Kenia, Sudáfrica o, incluso, en países como India y Sri Lanka.
El árbol de tomate es un árbol de hojas perennes que puede alcanzar hasta los cuatro metros de altura. Su fruto es muy parecido al tomate común, aunque, en este caso, suele presentarse como un fruto más ovalado.
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En qué se diferencia el tomate de árbol de los tomates comunes
Como ya mencionábamos, una de las características que diferencian al tomate de árbol de los tomates comunes es que se trata de un árbol y no de un arbusto ni una mata. Asimismo, también su fruto es algo diferente al tomate común. En el caso del tomate de árbol, se trata de un fruto que tiene una forma más ovalada en lugar de redondeada. Además, aunque su sabor es parecido, en el caso del tomate de árbol puede decirse que se trata de un sabor más cercano al amargo, mientras que, en el caso de los tomates comunes, lo más habitual es que su sabor varíe entre el ácido y el dulce dependiendo de lo maduro que esté el fruto.
Por lo demás, se trata de una fruta con muchas coincidencias. Presentan diferentes tonalidades que pueden ir desde el verde al rojo intenso pasando por el amarillo y el rosa. Tiene una piel lisa y brillante, y en su interior se pueden encontrar las semillas repartidas en hileras en torno al centro del fruto, igual que sucede con el tomate común. Además, sus características nutricionales son muy similares, siendo una excelente fuente de vitamina C cuando se consume crudo.
Cuidados del árbol del tomate
Otra de las similitudes entre el tomate común y el tomate de árbol la vamos a encontrar en su forma de cultivo. El cultivo de tomate de árbol requiere de temperaturas medias, preferiblemente entre los 13 y los 24 grados. Al igual que sucede con el tomate común, el cultivo de tomate de árbol debe tener especial cuidado con las bajas temperaturas y las heladas, ya que podrían matar el árbol en una sola noche. Es por esta razón que su cultivo suele estar asociado a zonas costeras, donde las temperaturas suelen ser templadas durante todo el año.
Riego del árbol del tomate
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que se trata de un árbol especialmente sensible a las sequías. Requiere de abundante agua, pero sin que las raíces se lleguen a pudrir. De hecho, lo más recomendable será que el suelo siempre esté húmedo pero sin que llegue a encharcarse. Uno de los motivos por lo que hay que vigilar el exceso de agua es que se trata de un árbol especialmente sensible a la presencia de hongos, lo que podría verse acrecentado en el caso de un exceso de humedad.
El abono del árbol del tomate
Prefiere los suelos ricos, por lo que es conveniente abonarlo una vez al año, preferiblemente en primavera o en otoño. El abono deberá ser suave y en una cantidad moderada, lo que evitará que las raíces se quemen por un exceso de nutrientes.
Cuándo podar el árbol del tomate
Finalmente, también conviene podarlos una o dos veces al año, preferiblemente a principios de la primavera o finales del otoño, de modo que el árbol pueda aprovechar toda su energía en las partes más importantes de sus ramas.
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