¿Quieres tener gladiolos en casa? Debes saber que sus tallos pueden llegar a alcanzar los 180 centímetros de longitud, aunque en la actualidad se puede encontrar un gladiolo para cada gusto, ya que existe una amplia gama en cuanto a dimensiones, flores y colores se refiere.
Las flores del gladiolo se observan en verano y abarcan una gran multitud de colores: verde, fucsia, rojo, amarillo... Aunque para que la floración se produzca el gladiolo debe habitar un clima cálido, ya que esta planta es originaria del Oriente próximo, Sur de África y Sur de Europa. Si dispones de espacio exterior y quieres adornarlo con un hermoso jardín, esta planta es imprescindible y en este artículo te mostramos cómo cultivar gladiolos.
Clima de exterior
El bien más preciado del gladiolo son las flores, pero para que esta planta florezca necesitará de 12 horas de luz solar directa durante los meses más cálidos del año, por lo tanto, esto no es compatible con el hecho de poder cultivar la planta en el interior del hogar.
No obstante, durante la noche, la temperatura óptima para el desarrollo del gladiolo oscila entre los 10-15 grados centígrados, sin tolerar las heladas, por lo tanto, la mejor opción es plantar gladiolos en aquellos climas donde el invierno no sea muy frío, de lo contrario, podría ser necesario cubrir sus raíces o trasplantarla a una maceta para poderla ubicar en el interior.
Plantación de los gladiolos
Para poder cultivar gladiolos también debes saber que tienen que plantarse al inicio de la primavera a partir de un bulbo, el cual conviene pulverizar previamente con un fungicida para así prevenir cualquier enfermedad futura que pudiera darse.
El bulbo del gladiolo debe sembrarse a una profundidad aproximada de 7 u 8 centímetros, lo habitual es plantar más de un gladiolo a la vez, en este sentido debe tenerse en cuenta que entre las distintas hileras se debe mantener una distancia aproximada de 30 centímetros.
El suelo donde se plante debe estar bien drenado y haberse mezclado previamente con estiércol; no son aptos aquellos suelos en los que el año anterior se hayan cultivado también gladiolos, ya que esto favorece la aparición de plagas.
Favorecer un adecuado desarrollo
Una vez la planta empieza a brotar se deberá colocar un tutor para guiar el crecimiento y amontonar algo de tierra alrededor de su base para facilitar que se mantenga firme cuando el tallo haya alcanzado los 10 centímetros de altura.
Del mismo modo al inicio del crecimiento es muy importante que el riego sea abundante, reduciéndose de forma progresiva pero evitando siempre que la tierra se seque, ya que en este caso el desarrollo de la vaina floral podría verse interrumpido.
Si bien es importante que el suelo permanezca húmedo debe evitarse que el agua quede encharcada.
Cuidados de mantenimiento para el gladiolo
Tan importantes es cuidar los gladiolos hasta que florezcan como mantenerlos en unas óptimas condiciones; para ello resultará imprescindible mantener libre de malezas el terreno donde estén sembrados.
Para un crecimiento óptimo también será necesario el uso de fertilizante cuando el tallo de la planta ya haya alcanzado 25 centímetros de longitud. Conviene utilizar un fertilizante soluble en agua y pulverizarlo sobre la planta aproximadamente a 12 centímetros de distancia. La aplicación de fertilizante debe repetirse cuando las espigas de las flores empiecen a colorearse, lo que sucede a las 4-6 semanas desde la plantación del gladiolo.
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Cómo cosechar los gladiolos
Los gladiolos son muy utilizados en arreglos florales pero es importante cortarlos adecuadamente para que vuelvan a florecer, esto sucede cuando las flores más bajas del tallo empiezan a mostrar color. Al cortar el tallo deben dejarse como mínimo arraigadas 4 hojas, ya que esto permite una mejor nutrición del bulbo y ayuda a que la floración vuelva a producirse en el siguiente año.
Una vez han transcurrido aproximadamente 6 semanas tras la floración observaremos que las hojas empiezan a amarillear y a morir, este es el momento de desenterrar los bulbos con la finalidad de conservarlos hasta la próxima primavera para volverlos a plantar.
Al retirar los bulbos estos deberán limpiarse bien y colocarse durante aproximadamente 2 semanas en un lugar aireado y cálido con la finalidad de que pierdan todo el exceso de humedad.
Puedes almacenar los bulbos en bolsas de papel o bandejas, aunque también es importante que antes de conservarlos definitivamente hasta la próxima primavera los rocíes nuevamente con un fungicida.