Durante los meses más fríos del año, calentar el hogar resulta prioritario pese a que los precios de la energía no dejen de subir haciendo que el gasto en calefacción se eleve cada día más. Aunque el coste de la electricidad o del gas parece no estar dispuesto a ponérnoslo fácil, hay algunos pequeños gestos que pueden hacer mucho para reducir, o por lo menos mantener bajo control, el gasto que supone tener una buena temperatura en casa.
Si te planteas cómo ahorrar en calefacción, no te pierdas este artículo de unCOMO en el que te damos algunos consejos, tan sencillos como eficaces, para que consigas ahorras en calefacción, sin pasar frío y reduciendo el gasto energético para contribuir, además, al cuidado del medio ambiente.
Ventila... pero lo justo
Abrir las ventanas de cada habitación 10-15 minutos cada día es una medida básica de salud e higiene, que permite que el aire que respiramos circule y se renueve, pero, en invierno, hay que hacerlo solo esos minutos, preferentemente sin que la calefacción esté puesta y, cuando sea posible, aprovechando las horas centrales del día, cuando la temperatura exterior es más elevada. Por supuesto, tras la ventilación hay que acordarse de volver a cerrar, porque despistes de este tipo hacen que todo el calor se escape por la ventana y haya que gastar mucho más en calefacción.
Te recomendamos leer este otro post sobre Cómo ventilar una casa en invierno.
Revisa tu sistema de calefacción
Si tu gasto de calefacción se ha disparado, puede que no solo se deba a la actual escalada de precios, sino, además, a otros factores que lo están incrementando. Una caldera poco eficiente puede requerir un exceso de energía para llegar a producir el calor que necesita tu hogar. Una revisión, que incluya cambio de filtros, limpieza de quemadores o regulación de la presión puede suponer un ahorro en calefacción que no te esperas. Además, revisa otros elementos como los radiadores. Purgarlos para quitar el aire que pueda estar en su interior, ayudará a que el circuito funcione en condiciones óptimas proporcionándote más calor con menos consumo de energía. Recuerda que los radiadores no están pensados para secar la ropa en invierno.
En este otro artículo te contamos Cómo limpiar los radiadores, aprende a purgarlos y a limpiarlos bien por dentro y por fuera, así serán más eficientes y gastarás menos en calefacción.
Refuerza los cerramientos
Reforzar los cerramientos es una de las medias más sencillas que puedes poner en práctica a la hora de ahorrar en calefacción. Si tus ventanas no encajan bien y por el espacio entre las puertas y el suelo se cuela el aire frío, necesitarás más calefacción para lograr estar a una temperatura adecuada. Comprueba que tus ventanas cierran herméticamente y si no es así, recurre a prácticas soluciones como: burletes para puertas, sellado con silicona de los laterales de las puertas correderas, gomas para ventanas o doble acristalamiento.
Aprovecha la luz solar y las chimeneas
Aunque sea invierno y el sol caliente menos que en primavera o en verano, podemos seguir beneficiándonos del calor que proporcionan los rayos solares. Si tienes persianas y cortinas, recuerda subirlas a mediodía para que el sol dé de lleno en los cristales y estos retengan el calor durante horas ayudándote, así, a ahorrar calefacción en tu casa de la manera más natural posible.
Además, otra forma sencilla de calentar la casa sin gastar tanto en gas y electricidad es usar la chimenea, si dispones de ella. El fuego es otro elemento natural que nos ayudará a calentar la casa, así que si tienes una chimenea u hogar, no dudes en mantenerla en buen estado para usarla. Aquí te indicamos unos consejos sobre Cómo limpiar una chimenea.
Mantén una temperatura constante
Esta es la medida básica para lograr controlar el gasto en calefacción. La temperatura de tu hogar debe mantenerse en torno a los 18 ºC - 19 ºC llegando a un máximo de 20 ºC. Pretender estar en manga corta dentro de casa (como si fuera verano) a base de subir la calefacción, no tiene demasiado sentido y puede llegar a suponer un gasto muy elevado. Es importante, además, evitar subidas y bajadas bruscas de la calefacción. Una temperatura intermedia, que se mantenga constante las horas que consideres necesarias, es una buena manera de controlar el gasto.
Usa los textiles como aliados
Otra de las medidas más básicas para no pasar frío en casa sin gastar mucho en la factura de la calefacción es aprender a decorar la casa para el invierno. Cortinas, alfombras, cojines y abrigadoras fundas de sofá, tapices o telas de pared, son objetos que no solo contribuyen a decorar una estancia haciéndola más acogedora, también aportan calidez, te abrigarán si te sientas o estás en contacto con ellos y, según dónde los coloques, evitarán que el frío que puede traspasar los cristales de las ventanas (si estas no son dobles o si fuera hace muchísimo frío) llegue a expandirse por toda la estancia.
Por la noche... usa una buena manta
Una buena manera de ahorrar calefacción es no recurrir a ella por las noches, ya que en la mayoría de los casos, mantas y edredones aportan el calor suficiente. No obstante, ten en cuenta que si la noche es realmente fría y consideras que es necesario poner la calefacción pero quieres procurar ahorrar en su gasto, entonces te recomendamos ajustarla a una temperatura máxima de entre 15 ºC y 17 ºC.
Usa calefacción con termostato
Los sistemas de calefacción con termostatos que controlan la calefacción, tanto su encendido como su apagado automático al alcanzar la temperatura establecida, son unos excelentes aliados a la hora de no gastar más calefacción de la necesaria. Además, aunque apaguen la calefacción automáticamente tras percibir que la temperatura ambiente ya es la indicada, si esta vuelve a bajar el sistema se vuelve a encender para mantener la temperatura estable a los grados que hayamos programado.
Controla la temperatura de cada habitación
No solo es importante mantener una temperatura estable en el conjunto de la casa evitando subidas bruscas, además, es básico adecuar la calefacción a la temperatura idónea que requiere cada habitación. Por ejemplo, una estancia vacía, que no se utiliza, puede estar perfectamente cerrada y con el radiador anulado. También, en una cocina, en la que haya actividad (con fogones o un horno encendidos) bastará con que la calefacción esté al mínimo, o incluso en la cocina se puede anular también el radiador, mientras que en el salón y las habitaciones, quizá sea necesario subir unos grados más. Estar atentos a las necesidades de calor que requiere cada estancia es una buena manera de ahorrar calefacción porque, tal como señala el Ministerio para la Transición Ecológica de España[1], cada grado menos de temperatura media de una vivienda supone reducir en torno al 10% el consumo de energía de la calefacción.
Comprueba la factura y revisa tus tarifas
Por último, a la hora de controlar el gasto en calefacción, fíjate en qué tarifa te está aplicando la compañía suministradora de energía e infórmate sobre otras posibles opciones que, quizá, pudieran resultarte más interesantes a la hora de ahorrar en calefacción.