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Cómo elegir un buen colchón - elige el más adecuado

El colchón es uno de los elementos más importantes a la hora de descansar correctamente. Esto no es ninguna tontería, pues si tenemos en cuenta que pasamos cerca de un tercio de nuestra vida tumbados en la cama y que un buen descanso es primordial para poder rendir al día siguiente, el colchón debe ser uno de los elementos del hogar que más cuidemos.

La calidad debe de ser uno de los puntos ineludibles, no obstante, ante la gran oferta que hay en el mercado, a veces resulta difícil discernir cuál es el más adecuado para nuestro descanso. Es por eso que en el siguiente artículo de unCOMO, te daremos algunas de las pautas básicas para saber cómo elegir un buen colchón, poder descansar perfectamente y levantarte cada mañana con toda la energía para poder hacer lo que quieras.

Firmeza del colchón

Si quieres tener el mejor colchón del mercado, tendrás que tener en cuenta los distintos aspectos a valorar. Por ejemplo, uno de los elementos más importantes que se debe tener en cuenta en el momento de elegir un colchón es el hecho de que permita apoyar el cuerpo de una forma correcta y natural. Para conseguir este objetivo, es importante que tenga una firmeza media.

¿Qué significa eso? Que sea lo suficiente firme para que pueda soportar bien el peso del cuerpo, pero sin una dureza que pudiera llegar a resultar incómoda. Por norma general, un colchón saludable para la mayoría debe ser tan blando como para que sea cómodo para la persona, pero que no lo sea tanto como para que el cuerpo se hunda. Un colchón demasiado blando hace que la sensación de calor sea mucho mayor, dificultando el descanso de la persona. Por otro lado, tampoco llega a sujetar correctamente la columna y no es bueno para la espalda.

Hay personas que creen que un colchón duro es lo mejor que hay para la salud de nuestra espalda y otras que piensan lo contrario, pero la realidad es que partimos de necesidades distintas, y tras las pruebas que se han hecho se ha demostrado que no podemos dar una respuesta única. Esto dependerá de cada persona, de lo que convenga para las necesidades que tiene su cuerpo, especialmente si existen patologías, problemas de espalda o sobrepeso.

Qué colchón es mejor según las necesidades personales

Hay ciertas condiciones y necesidades personales que también harán que nos tengamos que decantar por colchones más específicos. Es importante que sepas que según qué afecciones requieren de un colchón u otro, a continuación, te explicamos qué colchones hay para ciertas necesidades personales concretas, teniendo siempre en cuenta que la última palabra la tiene tu médico especialista:

  • Si sufres problemas de circulación, siempre se aconseja utilizar un colchón más flexible, más resiliente, que se adapte mejor a tu cuerpo, así como un somier articulado que permita en un momento dado alzar las piernas o la parte superior del cuerpo. Es importante tener en cuenta tu salud y condición física para elegir el colchón más apropiado.
  • Si eres una persona propensa a las alergias, puedes decantarte por los colchones antibacterianos y antiácaros y siempre utilizar un buen protector de colchón. Hoy en día la mayoría de colchones ofrecen tratamientos antialérgicos, como los colchones viscoelásticos.
  • Si sueles sufrir por el calor y tienes noches de insomnio por el hecho de ser caluroso, debes valorar muy bien si quieres optar por un colchón de muelles, que son los más transpirables, o por un viscoelástico perforado que garantice el frescor y la correcta disipación del calor nocturno. Sin duda, estos dos tipos son los mejores colchones frescos que se pueden encontrar hoy en día.

Material del colchón

A día de hoy, encontramos colchones de distintos materiales, todos con distintas características y más aptos para un tipo de persona u otro. A continuación, te explicaremos por qué tipo de material puedes decantarte, enumerando los pros y los contras de cada uno:

Látex

En la actualidad, la calidad de los colchones ha aumentado sustancialmente, principalmente por los colchones de látex y de viscoelástica, que son capaces de adaptarse a la forma corporal reduciendo la presión que se ejerce sobre ciertos puntos, como los hombros, la cabeza o las caderas.

Dentro de este grupo, hay distintos niveles dependiendo de los gustos de cada persona, siendo más o menos densos y con variaciones en su firmeza según su composición. No obstante, tienes que asegurarte de que la capa de látex sea superior a los 4 centímetros de grosor.

Las propiedades del látex lo convierten en una muy buena opción para los colchones. Son muy elásticos, lo que permite los movimientos de la persona con naturalidad, haciendo que la columna vertebral se mantenga en una correcta posición. Por contra, este tipo de colchones generalmente requieren ciertos cuidados especiales para evitar humedades, ya que al tratarse de un material natural, requiere una aireación especial. Este tipo de colchones no pueden utilizarse con la mayoría de bases tapizadas firmes. Entre los tipos de colchones de látex pueden encontrarse principalmente los de látex 100% natural, y los sintéticos, que llevan solo una parte de látex natural.

Viscoelástica

La viscoelástica es una tecnología perfecta para aquellas personas que duermen de lado o sufren problemas de articulaciones o musculares, puesto que su composición dota a estos colchones de un efecto memoria que se adapta y reconoce las posiciones del cuerpo para que el descanso sea óptimo, adaptándose a la silueta natural del cuerpo. Existe una amplia variedad de composiciones y densidades que hacen que exista un colchón viscoelástico adecuado para cada tipo de persona. Si sufres problemas de sobrepeso, por ejemplo, deberás centrarte en los viscoelásticos que te ofrezcan una alta firmeza y poca adaptabilidad.

Muelles

Los colchones de muelles pueden ser la mejor opción para personas con problemas de sudoración o que buscan un descanso más tradicional, queriendo evitar la sensación de adaptabilidad que ofrecen los colchones viscoelásticos o de látex. Al igual que sucede con los otros materiales, existen colchones de muelles de diferentes composiciones, grosores de muelle y grados de firmeza. Los muelles ensacados son más adaptables que los de muelle tradicional, por ejemplo, y la elección de un tipo u otro de colchón dependerá de lo que cada uno busque o necesite.

Viscografeno

Los colchones de viscografeno son los que están compuestos por viscoelástica y grafeno. El grafeno es un material increíblemente resistente, de hecho puede es 200 veces más resistente que el acero más fuerte que conocemos hasta ahora, además es también muy ligero y tiene muy poca densidad.

Este es un material termorregulador, por lo que disipa el calor evitando que se concentre en exceso en los tejidos del colchón. Otra gran ventaja del viscografeno es que es antibacteriano, por lo que las bacterias no pueden acumularse en el colchón del modo en que lo harían en los de otros materiales. También evita la electricidad estática que se suele producir al movernos mucho en la cama y con el roce de las sábanas.

En el caso de este tipo de colchones, se recomienda cambiarlos de posición cada dos meses para aprovecharlos lo mejor posible. Así, se puede ir variando al colocar la parte de los pies en la de la cabeza y darle la vuelta.

Cómo elegir un colchón de viscografeno

Este es el tipo de material que más dudas puede generar hoy en día porque es de los más nuevos del mercado. Si quieres comprar un colchón de viscografeno es normal que te estés preguntando cómo elegir uno adecuado para tus necesidades.

En principio, te recomendamos tener en cuenta los criterios básicos que ya hemos mencionado anteriormente sobre la firmeza, si el tipo de material es adecuado a ti en caso de que tengas alguna afección a tener en cuenta, la disponibilidad de tamaños, etcétera. No obstante, para elegir un buen colchón de viscografeno puedes tener más aspectos en cuenta como:

  • Que sea un modelo de colchón que combine estos dos grandes materiales para conseguir un gran descanso, pero que el grafeno esté en los dos lados o caras.
  • También es aconsejable que la capa de grafeno de cada cara sea de por lo menos 2 cm.
  • Ten en cuenta que el grosor total del colchón sea de entre 20 y 30 cm para que sea lo más óptimo para el descanso en este tipo de material.
  • Asegúrate de que haya suficientes años de garantía al ir a realizar la compra de tu nuevo colchón. El mínimo legal son dos años, pero muchas marcas ofrecen hasta diez años, lo que te ayudará a considerar que al ofrecer tantos años en garantía dichas marcas están muy seguras de la calidad y servicio que ofrecen.

¿Qué colchón me compro?

Comprar un colchón no es lo mismo que comprarse unos pantalones, hay mucha gente que solo le dedica 5 minutos a probarlo, los 5 minutos que puede tumbarse en él en la tienda. Desde unCOMO, te aconsejamos que puedas probar el colchón por los menos durante 30 días para poder evaluar si es el que mejor te funciona.

Tanto nuestro cuerpo como el colchón necesitan ese tiempo para adaptarse el uno al otro. Piensa que el primer día estarás acostumbrado al anterior y el nuevo te parecerá extraño. Lo mismo sucede con el colchón, que necesita de un tiempo para adaptarse a tu forma y peso. Las prisas nunca son amigas a la hora de elegir un buen colchón.

El precio del colchón es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la gente a la hora de comprarse un colchón. Debes tener en cuenta que en el precio se ven reflejados factores como la calidad, el tamaño o la durabilidad. Este último, especialmente, puede hacer que sea mejor gastarse el dinero en uno de calidad que te pueda durar más, que no intentar ahorrar y que, al cabo de poco, debas volver a comprarte otro. También es importante tener en cuenta que probar el colchón en una tienda física siempre ayuda y es recomendable que la marca que te interese disponga de tiendas físicas, aunque después termines confirmando tu compra por Internet si te resulta más cómodo.

Más recomendaciones para elegir el colchón adecuado

Finalmente, te dejamos una serie de recomendaciones a seguir a la hora de elegir un buen colchón:

  • La altura del colchón debe ser como mínimo de 18 centímetros.
  • El largo del colchón debe medir 10 centímetros más que la altura de quien duerma en él. En caso de que sea una pareja, se debe tomar como referencia a la persona más alta.
  • Para el ancho apenas hay discusión, cuánto más ancho sea mejor, no obstante, también dependerán otros factores como el tamaño de la habitación.
  • Dependiendo de lo firme que quieras la cama, hay distintos tipos de base que te pueden ir mejor o peor. Si lo quieres notar más blando o flexible, deberás optar por un somier de láminas mientras que si quieres que sea más firme, puedes elegir un canapé o una base tapizada.
  • ¿Cada cuánto cambiar el colchón? Se recomienda que sea como máximo cada 10 años, pero siempre que tu cuerpo sufra cambios o si adviertes que descansas mal, es muy probable que tus necesidades hayan cambiado y debas plantearte cambiar el colchón antes del tiempo máximo recomendado. Los niños, por ejemplo, necesitan cambiarlo con mayor frecuencia porque sus necesidades de niño o adolescente no serán las mismas que cuando sean jóvenes o adultos. Lo mismo sucede con embarazadas, cuando aparecen lesiones, desgaste físico, aumento de peso, etc.
  • Si tienes problemas físicos y dudas sobre qué tipo de colchón puede irte mejor, siempre es recomendable comentarlo con un profesional de la salud que pueda orientarte o un especialista en descanso.
  • Te recomendamos que compres el colchón en algún establecimiento donde puedas probar el producto por un tiempo y que te den la posibilidad de poder cambiarlo o devolverlo.
  • Durante el tiempo de prueba, analiza el colchón y determina si es el más adecuado para tus necesidades.
  • Cuando compres un colchón, asegúrate que tiene garantía por si necesitaras hacer uso de ella ante posibles defectos de fabricación.
  • Además de aspectos como la modalidad, los materiales y el precio del colchón, presta especial atención a la calidad de los materiales y de su fabricación. No siempre que compramos lo barato estamos ahorrando dinero y, lo que es más importante, nunca es bueno ahorrar en salud.