Desde que tengo memoria (al menos en lo que respecta a hacer cosas en casa) siempre fui de llevar las almohadas a la lavandería. No sé bien porqué, supongo que porque desde que vivía con mis padres teníamos un lavarropas pequeño o por costumbre que heredé, la cuestión es que tenía entendido que lavar las almohadas en casa era algo imposible, que eran muy pesadas para una lavadora común, que esto, que lo otro, pero ya me saqué la duda lavándolas y dejándolas como nuevas, aunque tienes que tener cuenta algunas cosas es algo completamente posible.
Necesitarás:Debemos sacarles las fundas a las almohadas, y luego tenemos que poner las almohadas de manera de que estén balanceadas en tambor, esto es muy importante porque cuando gire no debe golpear.
2Recuerda que las almohadas son livianas pero pueden aboserver mucha agua y se vuelven “pesadas” dentro de la lavadora. El lavado debe ser con agua caliente y largo. Aunque siempre debes revisar la etiqueta de las almohadas, en caso de que no permita el lavado con temperatura, utiliza lavado frío.
3Una vez lavadas, debemos colocar las almohadas en un lugar donde da el sol y – muy importante – sobre una superficie que permita la aireación desde todos lados. Puedes, como muestra la imagen, ponerlas sobre la parrilla de un sillón. También es importante que “aprietes” la almohada y te fijes que el relleno no esté “apelmazado”. Si lo está, intenta separarlo suavemente y que vuelva a su estado natural. Una vez secas, intenta “golpear” con tus manos el relleno nuevamente.
4Es probable que el relleno, muy adentro, quede algo húmedo, así que no sería una locura que debas dejarlas secando por 2 días. Listo, solo resta que le vuelvas a poner el forro y luego tener unos dulces sueños sobre las almohadas limpitas, limpitas…