El amoniaco es uno de los productos más versátiles al momento de limpiar nuestro hogar, puede emplearse en diversas superficies y espacios para obtener los mejores resultados. Sin embargo es importante saber la manera adecuada de usarlo para potenciar sus efectos y hacer que los espacios y elementos de nuestro hogar luzcan relucientes. Por eso en unCOMO, te explicamos cómo usar el amoniaco para limpiar de forma simple y rápida.
Consejos para limpiar la casa con amoniaco
Es fácil reconocer el amoniaco por su potente olor. El amoniaco es un compuesto químico de nitrógeno que ayuda a limpiar una gran variedad de superficies, aunque no desinfecta tan bien como otros productos parecidos, tal como la lejía. No obstante, es muy efectivo para quitar las suciedades y dejar tus espacios brillantes y relucientes.
Antes de usar el amoniaco para limpiar la casa, es importante que tomes en cuenta que este producto no debe ser mezclado con otros productos químicos de limpieza, como los blanquadores o la lejía, pues la combinación genera vapores muy peligrosos para la salud que pueden dañar las vías respiratorias. Además, son altamente inflamables.
En la mayoría de los casos, los productos de limpieza que contienen amoniaco solo cuentan con un 10 % del compuesto. Si planeas utilizar amoniaco para limpiar, te recomendamos seguir estos consejos:
- Diluye el amoniaco en agua en una proporción de 1 parte de amoniaco por 2 de agua.
- Mantén a niños y mascotas alejados de las zonas de limpieza por unas horas.
- Abre las ventanas para mejorar la ventilación, pues el amoniaco suelta olores y vapores que pueden causar reacciones alérgicas o irritación.
Cómo limpiar la cocina con amoniaco
Uno de los usos más efectivos del amoniaco es el de eliminar la grasa en la cocina. Si planeas limpiar el filtro de la campana de la cocina, la vitrocerámica o las sartenes, el amoniaco será de gran utilidad. Para limpiar la cocina con amoniaco sigue estos pasos:
- Mezcla un poco de este producto en un recipiente con agua caliente. Con un paño o esponja suave, limpia las superficies que deseas lavar.
- Deja reposar durante al menos un par de horas horas para ablandar la suciedad si es mucha.
- Aclara y remata con una esponja con jabón de lavaplatos.
- Verás como la grasa se cae fácilmente.
El amoniaco en la limpieza de muebles y tapicería
Muchas personas se preguntan si es posible limpiar la madera con amoniaco, así como demás muebles y tapicería. Si no se usa correctamente, el amoniaco puede cambiar el color de la madera y dañarla. Dado que el amoniaco es un gran desengrasante, este puede ser muy útil para limpiar maderas que suelen absorber grasas o aceites. Sigue estos consejos para usarlo:
- Diluye el amoniaco en abundante agua.
- Moja un paño suave y limpia la superficie de madera.
- Sécala con un paño seco de algodón.
- Nunca utilices amoniaco para limpiar maderas enceradas.
El amoniaco es muy efectivo para limpiar tapicería como la de los asientos del coche, pues le devolverá la intensidad de los colores de un coche recién comprado. Asimismo, puedes usarlo para limpiar la tapicería de los muebles en casa, sobre todo en los casos en los que no pueden desenfundarse. Para hacerlo, sigue estos pasos:
- Como siempre, diluye el amoniaco en agua tibia o templada.
- Quita el polvo de la tapicería con una aspiradora, ayudándote con un cepillo para llegar a los lugares más difíciles.
- Moja un paño suave en el amoniaco y ve limpiando toda la superficie de la tapicería.
- Espera a que se seque solo y revisa si quedan manchas.
Si quieres conocer más de los usos del amoniaco para limpiar este tipo de materiales, no dudes en visitar nuestro artículo Cómo usar amoniaco para la madera.
Cómo limpiar cristales con amoniaco
El amoniaco es un ingrediente genial para hacer que tus espejos y cristales queden perfectamente limpios y brillantes. Con mucha facilidad, podrás quitar polvo, restos de grasa, manchas de agua y mucho más para dejar tus ventanas pulcras. Para saber cómo limpiar cristales, toma en cuenta estos pasos:
- Busca un limpiavidrios a base de amoniaco o diluye amoniaco en agua.
- Toma un paño de algodón que no suelte pelusas y humedécelo con un poco de amoniaco.
- Pasa el paño por el espejo o crital y luego frota con un paño especial para la limpieza de cristales o con periódico hasta que la superficie esté completamente seca.
- Verás cómo reluce y cómo todos los restos de suciedad habrán desaparecido.
Amoniaco para lavar la ropa
En la ropa, el amoniaco puede servir para quitar los malos olores y las manchas imposibles. Si quieres quitar el mal olor, solo tienes que mezclar unas gotas de amoniaco en el agua para lavar la ropa y sentirás cómo quedará libre de olores desagradables como el de la humedad.
En el caso de que quieras usar el amoniaco para limpiar manchas difíciles como las de las salsas o la sangre, sigue estos pasos:
- Diluye el amoniaco en agua en una proporción de 50-50.
- Vierte la mezcla en un atomizador y pulveriza el amoniaco sobre la mancha que deseas quitar.
- Deja que actúe por unos minutos y enjuaga. La mancha será mucho más fácil de quitar.
- También tienes la opción de dejar remojando las ropas de tejidos más delicados en una mezcla de amoniaco, agua y jabón.
Si quieres conocer con más detalles Cómo usar amoniaco para lavar la ropa, haz clic al enlace y visita nuestro artículo.
Cómo limpiar el baño con amoniaco
Una de las mejores zonas de tu casa en las que podrás usar el amoniaco para limpiar es el baño, pues se trata de un producto perfecto para eliminar la suciedad en el suelo, las baldosas y las superficies de esta zona. Simplemente humedece un paño con agua y amoniaco y limpia estas superficies, verás como obtienes los mejores resultados de forma simple.
El amoniaco es ideal para limpiar baldosas, pues no daña estas superficies de ningún modo. Como los baños suelen ser zonas cerradas con poca ventilación, te recomendamos que abras la puerta y que enjuagues el baño con agua para deshacerte del fuerte olor.
Cómo usar amoníaco para limpiar bronce y cobre
En el caso de los adornos de cobre y bronce también puedes usar el amoniaco para limpiar. Mezcla en un poco de agua tibia una tapa pequeña de amoniaco y frota tus objetos de estos materiales con el líquido. Verás como recuperan su brillo y belleza.