Aunque parezca sencillo, cuidar plantas de interior tiene sus detalles que conviene conocer para tener éxito. Muchas personas se quejan de que sus plantas crecen muy lento y puede deberse a diversos factores: desde el tipo de riego, hasta la exposición solar pasando por las temperaturas del hogar o el tipo de tierra que se está utilizando, todo ello puede afectar al correcto desarrollo de tus plantas de interior.
En el siguiente artículo de unCOMO te damos las claves para que sepas por qué tus plantas de interior no crecen y te explicamos los mejores trucos y consejos para cuidarlas adecuadamente. Identifica el problema de crecimiento de tu planta de interior y descubre cuál es la mejor solución para ayudarla a crecer de manera saludable. ¡Toma nota!
Falta de riego
El riego es uno de los factores que influyen directamente en el crecimiento de una planta de interior. Así que, si has pensado "mis plantas crecen muy lento, ¿por qué será?", presta atención al riego que les ofreces. Si no le aportas a tus plantas la cantidad de agua necesaria, no solo se verán caídas, amarillentas, secas o incluso marchitas, sino que tampoco crecerán bien. La falta de agua provoca que las reservas que tiene la planta las vaya consumiendo y, por tanto, no pueda centrar sus esfuerzos en crecer y se irá volviendo más seca y marchita.
Para ayudarlas a crecer rápidamente es recomendable consultar la cantidad de agua que requieren tus plantas de interior. Conociendo la especie concreta que tienes en casa, sus necesidades y sobre todo las de riego, podrás organizarte para darle la cantidad de agua necesaria y con la frecuencia adecuada.
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Exceso de agua
Tan malo es regar poco una planta de interior como hacerlo en exceso. De hecho, este último responde como una de las posibles causas a la duda frecuente sobre por qué se mueren las plantas de interior. El agua en exceso es la primera causa de muerte de las plantas de interior, por lo que debes ir con mucho cuidado a la hora de regarlas si quieres que crezcan saludables más rápidamente. Regar en exceso una planta provoca que las raíces no dispongan de la cantidad de aire y nutrientes vitales necesarios para crecer y, además, el exceso de agua acabará por pudrir la raíz, lo que terminará por llevar a la planta a su muerte. Si observas moho u hongos en el sustrato, la tierra empapada constantemente, la corteza suelta o las hojas marchitas o amarillentas, detente un instante. Estos son los signos más característicos del exceso de agua en una planta de interior.
Si notas que tus plantas crecen lentamente, deberás organizar de nuevo el riego. Conoce las necesidades de tus plantas de interior y permite que la tierra se seque al tacto entre riego y riego para garantizar el buen desarrollo de la planta.
Te aconsejamos leer estos otros artículos sobre Cómo regar las plantas suculentas, ya que son unas de las más delicadas en cuanto a riego y sobre todo respecto al exceso de este.
Falta de espacio
¿Tus plantas de interior no crecen? La falta de espacio puede ser otro de los motivos. Las plantas pasan por distintas etapas de crecimiento y en ellas las raíces necesitan espacio suficiente para desarrollarse. Si tu planta crece lentamente, quizás es que la maceta actual se ha quedado pequeña, las raíces se han enroscado por falta de espacio y están girando sobre sí mismas, sin encontrar la salida para seguir creciendo.
Si esta es la causa por la que tu planta de interior no está creciendo adecuadamente, notarás alguno de las siguientes señales:
- Las raíces sobresalen del fondo de la maceta.
- Al sacar la planta verás que hay más raíces que tierra.
- Las plantas han parado su crecimiento.
- El agua ya no empapa el suelo, sino que va directamente a la parte inferior, ya que en realidad apenas queda tierra.
Si quieres que tu planta siga creciendo y desarrollándose, deberás trasplantarla y cambiarla de maceta. Retira la tierra vieja que haya entre sus raíces y también poda todas aquellas raíces dañadas, pero con cuidado de no dañar las raíces grandes, así propiciarás su desarrollo saludable. Una vez la planta esté en una maceta con más espacio verás como pronto empieza a crecer más rápido.
La importancia de la luz
Otro de los factores fundamentales que pueden interferir en el correcto crecimiento son los niveles de luz que recibe la planta. Si quieres garantizar su supervivencia y desarrollo, deberás imitar lo máximo posible el entorno natural de su especie. Para ello, deberás consultar las necesidades concretas de cada planta de interior para proporcionar el nivel de luz adecuado.
Si notas que las plantas se curvan hacia abajo, los bordes de las hojas amarillean o las nuevas hojas son mucho más pequeñas que las anteriores aunque pase el tiempo, tu planta está recibiendo más luz de la necesaria. En este caso, deberás alejarla de la ventana o procurar que la luz que recibe no sea directa. Puedes filtrarla con una cortina.
En caso de que tu planta crezca lentamente, la medida sea más larga de lo que debería o las hojas no tienen mucho color, es porque está alejada de la luz solar. La solución pasa por reubicarla para que reciba más luz. Con este cambio de ubicación notarás como la planta se vuelve esbelta y crece rápidamente.
Te aconsejamos echar un vistazo a este otro artículo sobre Plantas de interior con poca luz, ya que si en tu zona entra poca luz natural estas plantas serán más adecuadas para tu hogar que otras que necesiten recibir mucha luz solar.
Temperatura inadecuada
Otra posible causa que responde a por qué no crecen las plantas de interior es que la temperatura no sea la adecuada. Así, si tus plantas de interior no crecen deberías verificar a qué temperatura están expuestas. Generalmente, las plantas de interior, cultivadas en casa o la oficina, necesitan temperaturas que oscilan entre los 18 ºC y los 23 ºC. Por un lado, es importante no excederse en las temperaturas máximas, puesto que las plantas que puede cultivarse bien en interior, al contrario que las que son más para exterior y no aguantan bien estar en interior, no soportan temperaturas muy altas, sobre todo si los niveles de luz o de humedad del aire no corresponden a los que se tienen en un entorno natural. Por otro lado, las temperaturas mínimas o bajas pueden dañar su crecimiento, incluso provocar la muerte de las plantas.
Por tanto, si quieres que el crecimiento sea el adecuado y que tus plantas prosperen correctamente deberás mantenerlas siempre a una temperatura moderada.
Tierra y fertilizantes para plantas de interior
Puede que no estés utilizando la tierra correcta para que tu planta crezca saludablemente. No debes olvidar que las plantas necesitan un suelo específico según sus características y necesidades. Consulta en el vivero o tienda de jardinería donde la adquieras cuál es el mejor sustrato para tu planta.
Además, hay quienes al ver que a una planta le cuesta crecer un poco piensan "¿qué dar a las plantas para que crezcan más rápido?" y directamente se lanzan a usar fertilizantes y abonos. No obstante, hay que tener cuidado con los fertilizantes y siempre darles la cantidad correcta a tus plantas de interior, para que crezcan obteniendo los nutrientes necesarios para ello: nitrógeno, potasio y fósforo. Si no les aportas fertilizante verás que sus tallos se atrofian y que las nuevas hojas son más pequeñas, puesto que su crecimiento se habrá ralentizado. No obstante, proporcionarle más fertilizante del debido puede provocar que las hojas se sequen o se vuelvan marrones, sobre todo en las puntas. Si te has encontrado en esta última situación, deberás aumentar la humedad alrededor de las plantas, llevándolas a la cocina o al baño. Por tanto, al adquirir la planta tendrás que informarte de este detalle también: qué tipo de fertilizante o abono necesita, qué cantidad y cada cuánto.
Ignorar las plagas en las plantas
Aunque estemos hablando de una planta de interior, no se deben ignorar las plagas que puedan aparecer en ella, puesto que podrían frenar su crecimiento, provocar varias enfermedades o afecciones e, incluso, llegar a matar a la planta. Las plagas más comunes son:
- Araña roja (ácaro).
- Áfidos.
- Cochinillas.
- Insectos de suelo.
- Insectos escama o cocoideos.
- Tisanópteros.
- Moho polvoriento, como el mildiu.
Procura eliminar las plagas con pesticidas naturales, antes que utilizar químicos que pueden ser perjudiciales también para las plantas. Te aconsejamos leer estas guías sobre Cómo hacer insecticidas naturales y Cómo hacer un fungicida casero.
Reubicación frecuente
Las plantas de interior crecen adaptándose a su entorno, no obstante, si frecuentemente las cambias de ubicación puedes provocarles un estrés totalmente innecesario.
Si tu planta está creciendo rápidamente y saludablemente, porque en ese lugar cuenta con buenos niveles de luz, temperatura y humedad, es mejor no moverla, así no interrumpirás su desarrollo y no perjudicarás su salud. Mueve solo la planta cuando notes que su crecimiento no es el adecuado. En caso contrario, trata de dejarla siempre en el mismo lugar.
Cómo cuidar las plantas de interior
Ahora que sabes los factores que pueden influir en el buen crecimiento de tus plantas de interior, es hora de que sepas más detalles sobre cómo cuidar las plantas de interior adecuadamente.
Elegir la planta adecuada
Te recomendamos apostar por opciones sencillas, de fácil cuidado y que además sean resistentes como: los cactus, el tronco de Brasil, la lengua de suegra, los potos, el bambú, la hiedra, el helecho o el aloe vera, entre otros. No cometas el error común de basarte solo en los criterios estéticos y adquiere la planta teniendo en cuenta el ambiente en el que vivirá, la ubicación que tendrá y cuánto tiempo le dedicarás a su cuidado.
Por ejemplo, aquí puedes consultar hasta 25 plantas de interior resistentes.
Cuidados básicos de las plantas en interior
Para que tu planta sobreviva y crezca saludablemente deberás anotar los siguientes cuidados básicos:
- Tierra: en cuanto tengas la planta de interior, es recomendable cambiarla de maceta, para que cuente con espacio suficiente para crecer y añadirle tierra nueva, sabiendo el sustrato que le conviene.
- Riego: conoce el tipo de riego necesario para la planta escogida. La cantidad depende de las condiciones y necesidades de la planta, pero siempre es mejor regar poco que mucho, puesto que siempre estarás a tiempo de rectificar la falta de agua, en cambio, con el exceso, pueden ahogarse. El truco está en meter el dedo en la tierra para comprobar su nivel de humedad antes de regarla de nuevo. Puedes pulverizar agua sobre las hojas selváticas o boscosas para humedecerlas.
- Luz: es importante que las plantas reciban buenas dosis de exposición solar, sin que esta sea directa. Busca una buena fuente de luz para ubicar tu planta.
- Abono: además de agua, luz y sustrato, las plantas requieren de abono para enriquecer la tierra que puede perder nutrientes con el paso del tiempo. Deberás abonar la planta de vez en cuando con una poca cantidad de abono orgánico, para evitar quemarla.
- Trasplante: dado que la planta irá creciendo es muy importante trasplantarla periódicamente a fin de proporcionarle más espacio para su desarrollo. Busca macetas más grandes y añade tierra nueva para favorecer su crecimiento. Recuerda siempre compactar la tierra cuando las trasplantes para evitar que se formen bolsas de aire en el suelo. Si tienes falta de espacio, puedes recortarlas, tanto sus ramas como su base, para que pueda mantenerse en la maceta actual. Aquí te contamos más sobre Cómo trasplantar una planta.
Para tener más detalles te animamos a leer este otro artículo sobre Cómo cuidar las plantas de interior. Además, en esta otra guía encontrarás información sobre Cómo hacer crecer las plantas más rápido.