El ficus benjamina es una planta originaria del sur y sudeste asiático. En general, es una planta bastante delicada, sobre todo, cuando se opta por el ficus benjamina bonsái, que es menos resistente que el árbol ficus benjamina. De hecho, aunque son de la misma especie, tienen diferencias en cuanto a los cuidados que precisan.
Las enfermedades comunes del ficus benjamina son igualmente diferentes en el bonsái y en el árbol. Si tienes una de estas plantas o bien quieres tener una, desde unCOMO te vamos a explicar cómo cuidar un ficus benjamina para que lo tengas saludable y viva durante mucho tiempo en tu casa. Además, también te indicamos algunos problemas comunes como las hojas amarillas en el ficus benjamina y otras de sus afecciones para que sepas qué le sucede.
Los cuidados del ficus benjamina bonsái
El ficus benjamina bonsái está más indicado para estar situado en el interior de la vivienda y en zonas en las que haya mucha luz. Sin embargo, también se puede ubicar en zonas de exterior, pero en las que no dé directamente el sol, ya que siempre es conveniente que le busques un lugar en semisombra.
Esta no es la única particularidad que se debe tener en cuenta al cuidar un ficus benjamina, ya que también es importante prestar atención a otros aspectos:
- Regar: el ficus benjamina bonsái siempre tiene que tener la tierra algo húmeda. Es importante que no se seque nunca. No obstante, se debe evitar regarlo demasiado para que no se estropeen sus hojas. En general, la pauta es regarlo cada dos o tres días, aunque en verano puede ser preciso que lo hagas entre cuatro o cinco veces por semana.
- Tierra: la mejor tierra o sustrato para el ficus benjamina bonsái está compuesta por más de un 50 por ciento de mantillo, alrededor de un 30 por ciento de arena gruesa y cerca del 10 por ciento de turba negra.
- Poda: siempre hay que podar un ficus benjamina bonsái en primavera. Pero, además, hay que fijarse en que el tallo tenga entre cuatro y seis hojas. La primavera es también la estación ideal para transplantarlo, siempre cada dos años.
- Alambrado: puede hacerse en cualquier momento del año para proteger el tronco y las ramas.
Los cuidados del árbol ficus benjamina
Si se opta por tener un árbol ficus benjamina, los cuidados son diferentes a los de ficus benjamina bonsái. De hecho, lo primero que cambia es su ubicación porque, en este caso, es mejor que esté en el exterior y en una zona ajardinada amplia y situada a pleno sol. Es una especie bastante resistente, llegando incluso a soportar temperaturas de cuatro grados bajo cero.
Además de estas características para su ubicación, no hay que olvidar otras particularidades como, por ejemplo, situarlo a más de 10 metros de suelos, tuberías o de otras plantas altas. Y, ¿por qué? La respuesta es sencilla: el árbol ficus benjamina tiene un sistema radicular bastante invasivo. Pero, aparte, es conveniente hablar de otros cuidados de ficus benjamina:
- Suelo: el suelo sobre el que se plante el árbol ficus benjamina no tiene por qué tener características específicas. De hecho, puede estar en cualquier sustrato.
- Riego: aunque este ficus benjamina no es muy exigente en cuanto a suelo, sí lo es para el riego, ya que la tierra no tiene que estar seca durante mucho tiempo, sobre todo, en verano. En general, es suficiente tres veces por semana en el verano y entre una y dos en el resto de épocas. No obstante, sí requiere que haya un buen sistema de drenaje.
- Trasplante: lo mejor es trasplantarlo en primavera y siempre en días con temperaturas que superen los 15 grados centígrados.
- Poda: es mejor hacerlo a finales del invierno.
- Multiplicación: se hace bien sembrando sus semillas o bien por esquejes en primavera.
Las enfermedades comunes del ficus benjamina
Al hablar de los cuidados del ficus benjamina, no se pueden obviar las enfermedades. Y es que tanto el bonsái como el árbol enferman. Y, ¿cuáles son las enfermedades comunes del ficus benjamina? En realidad, están relacionadas con las plagas que más les afectan:
- Araña roja: son unas arañas pequeñas -0,5 mm-, de color rojo que se quedan adheridas a las hojas del ficus benjamina. Su presencia se nota por la aparición de manchas amarillas, que se vuelven marrones con el tiempo.
- Pulgón: estos parásitos son un poco mayores que la araña roja, ya que tienen 0,5 centímetros de longitud. Además, pueden ser verdes, amarillos y marrones, encontrándose en tallos tiernos y hojas nuevas.
- Cochinillas: se sitúan en las hojas y se notan por su aspecto de pequeñas escamas de color marrón o bien por ser como el algodón.
¿Qué les pasa a las hojas del ficus benjamina?
Además de las enfermedades comunes del ficus benjamina, hay otras situaciones en las que el bonsái o el árbol parecen enfermos, aunque no lo están. Es algo que se nota en el estado de sus hojas y que, en general, está relacionado con los malos cuidados. Estas son las principales causas de cada característica:
- Hojas amarillas: las hojas amarillas en el ficus benjamina están relacionadas con un exceso de agua. No obstante, este aspecto también puede deberse a una falta de nutrientes en la tierra o sustrato o bien de determinados minerales como el hierro.
- Hojas negras o ennegrecidas: sucede cuando está expuesto a bajas temperaturas, llegando incluso a haberse helado. También puede ser señal de la presencia de hongos.
- Hojas con la punta seca: suelen aparecer cuando el ficus benjamina no está bien ubicado y está expuesto a muchas corrientes de aire que no favorecen su desarrollo.
Desde unCOMO, esperamos haberte ayudado con estos consejos sobre cómo cuidar el ficus benjamina a conocer más sobre sus necesidades y lo que tienes que hacer para que esté en perfecto estado tanto si tienes un ficus benjamina bonsái como un árbol ficus benjamina. Si esta información te ha resultado útil, puede que te interesen los siguientes artículos:
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