Desde el continente asiático, concretamente desde China, nos llega el hibisco, una bonita planta familia de las malváceas. Caracterizado por sus hojas ovaladas de tonalidad verde, es un ejemplar ideal para darle una nota mediterránea a tu jardín. Sus flores son muy características y llamativas, ya que cuentan con una corola y pétalos de gran tamaño, además de una múltiple variedad de colores (amarillo, naranja, rojo, rosa, morado, azul, blanco...). Y, en cuanto a los cuidados... ¡Facilísimo! ¿Quieres saber más sobre este arbusto de hoja perenne? Entonces, no dejes de leer el siguiente artículo de unCOMO. A continuación, te damos los mejores consejos con los que aprenderás cómo cuidar un hibisco de manera sencilla. ¡Toma nota y planta en tu jardín un precioso hibisco!
Pasos a seguir: 1El hibisco es una planta de origen tropical, así que se recomienda plantarla en zonas más cálidas; sea como sea, si decides tener un hibisco lo ideal será mantenerlo a salvo del frío y las heladas.
Para que crezca bien necesita una temperatura que oscile entre los 14 y los 18 grados durante los meses fríos, por lo que recomendamos cultivarlo en interior para preservar dicha temperatura. En cuanto a la luz, es importante que sitúes el hibisco en un lugar bien iluminado donde se empape de los rayos del sol, sobre todo, durante las primeras horas del día.
2Al ser un arbusto que necesita un clima cálido, también requiere un riego abundante, sobre todo durante los meses de verano. El hibisco florece en las épocas calurosas y, por ello, es imprescindible que el suelo esté siempre húmedo y lejos de pequeños charcos, para que pueda drenar bien y crecer con fortaleza.
No obstante, en los meses fríos, el hibisco apenas necesita agua. Lo ideal durante el invierno es pulverizar sus hojas de manera regular para humedecerlas un poco, pero sin la necesidad de empapar la arena. Si las temperaturas en verano son muy altas, también es recomendable la pulverización frecuente, para mantener la humedad en el hibisco.
3El hibisco necesita plantarse en un suelo fértil, húmedo, bien drenado y muy rico en materia orgánica para crecer adecuadamente. En cuanto al abono, deberás tener en cuenta la fase del ciclo en la que se encuentra el hibisco: durante la primavera deberás añadirle fertilizante granulado de liberación lenta compuesto y, para la época de floración (desde la primavera hasta el verano), deberás abonarlo cada 15 días aproximadamente con fertilizante líquido.
En este otro artículo de unCOMO te contamos cómo hacer fertilizante casero para tus plantas.
4Otro de los aspectos importantes para cuidar un hibisco de forma óptima es su poda. Si quieres que su floración sea espectacular y llamativa, debes tener este factor muy en cuenta. La poda se realiza en primavera y, para hacerla, deberás recortar primero los brotes del año anterior para conseguir una forma atractiva. Elimina, también, todas aquellas ramas muertas o dañadas para evitar que estropeen a las demás. Por último, deberás cortar los tallos viejos para que crezca liberada.
5Piensa que el hibisco es una planta muy sensible, sobre todo a las arañas rojas, las cochinillas, los pulgones o la mosca blanca. Por ello, si quieres que tu planta crezca sana, deberás poner mucha atención para evitar que estas plagas la dañen. Encontrarás los pesticidadas adecuados en una tienda de jardinería especializada.
Aquí te damos diferentes remedios caseros para controlar las plagas de las plantas.
6El hibisco no solo sufre con las plagas, también puede padecer algunas enfermedades que mermen su aspecto. Si ves que sus hojas se tornan amarillentas, deberás ponerle remedio rápidamente. Esta anomalía puede darse tanto por exceso de riego como por déficit de nutrientes, así que deberás reducir la cantidad de riego y utilizar abono con más frecuencia (cada 15 días aproximadamente).
Si, por lo contrario, observas que el hibisco tira los capullos antes de abrirlos, te estará diciendo que la temperatura es demasiado fría y el ambiente seco. Procura que siempre esté en condiciones cálidas, similares a las tropicales.