Los tornillos autorroscantes, también llamados tornillos para chapa, son muy versátiles. Se pueden usar para unir metales de forma segura, incluido el aluminio. También se pueden usar para sujetar metal a otros materiales, como madera o plástico, creando una unión mucho más fuerte que un clavo normal.
El aluminio tiene muchas características que hacen que sea fácil trabajar con él. Es ligero y fácil de moldear. Sin embargo, también se sabe que el aluminio vibra, y cuando se usa como material de construcción para barcos, por ejemplo, esto puede ser un problema cuando los motores hacen que la estructura del barco vibre. Los tornillos y clavos normales tienden a aflojarse con las vibraciones, por lo que no son sujetadores efectivos para el aluminio. Los tornillos autorroscantes trilobulares de acero inoxidable, por otro lado, son ideales. Los tornillos autorroscantes son como brocas; tienen una punta afilada como una hoja de corte y una rosca que recorre todo el largo del tornillo. Están diseñados para evitar que el metal delgado se abolle.
Para utilizar tornillos autorroscantes, coloque el tornillo directamente sobre la lámina de aluminio. Estabilice el tornillo para que no se incline al entrar y gírelo en el metal. Déjalo girar hasta que atraviese por completo, ya que los hilos y la punta afilada hacen su propio agujero. Tenga cuidado de no apretar demasiado el tornillo, ya que el metal puede dañarse o el tornillo puede romperse.
La ventaja de utilizar tornillos autorroscantes para aluminio es que no necesitan perforaciones previas y se quitan fácilmente sin dañar el metal. También se pueden reutilizar en el mismo material.
Publicado originalmente:31 de mayo de 2011