Elegir el mejor sistema de riego para nuestro jardín no es fácil ya que no todos los tipos van bien para todas las plantas. El principal factor que tienes que tener en cuenta es el ahorro del agua, que debe sereficiente sobretodo en los jardines grandes. Una vez hayas elegido el tipo de riego tienes que marcar el lugar por donde pasarán las tuberías que abastecerán a cada grupo de plantas. Si nunca antes has montado un riego seguramente tendrás que recurrir a un profesional para que te explique cómo se instala. Si quieres saber más mira el siguiente artículo de unComo para que descubras cómo elegir el sistema de riego de tu jardín.
Pasos a seguir: 1El primer tipo de riego es la manguera o la regadera. Este tipo es el más conocido por todos. Lo bueno de este sistema es que solo necesitas un grifo con lo que no tienes que gastar dinero en las instalaciones. En contra tienes que no puede automatizarse y su eficiencia es del 45%. En este caso es ideal para sitios pequeños o macetas en concreto.
2Otro sistema es el goteo y tuberías de exudación. Puede servir para cualquier tipo de jardín. Las desventajas de este sistema es que requiere de una instalación y que necesita agua de buena calidad. Pero a favor tiene una eficiencia de un 90% ya que el agua llega de forma directa a las raíces sin mojar las hojas ni el terreno. Este sistema es ideal para árboles y arbustos.
3Por último tenemos el sistema de aspersión. Este imita a la lluvia siendo muy completo pero requiriendo de una instalación de tuberías. Esto si, se puede automatizar y hay muchos tipos de aspersores, además su eficiencia es del 75% y produce un aumento de la humedad relativa, desperdiciando así menos agua que las mangueras.
El sistema de aspersión es muy útil para grandes extensiones como es el caso de las praderías. Si instalas este sistema puedes añadirle un programador que te ayudará. Lo bueno del programador es que si tú no estás continua regando si lo deseas.
4Es muy importante ahorrar en agua y por esto te recomendamos que instales canales de drenaje que lleven a un depósito. El agua que acumules la puedes reutilizar para regar. Además también puedes colocar una fuente o cubo para recoger el agua de la lluvia y la que sobra del riego para reutilizarla.