¿Una de tus hermosas plantas aparece de repente cubierta por un extraño polvillo blanco? Esta es una manifestación de una invasión de hongos, pequeños microorganismos que en numerosas ocasiones son patógenos y pueden causar diversos trastornos, no sólo en las plantas, sino también en los seres humanos y animales de compañía, aunque obviamente, cada hongo es susceptible de invadir una o varias especies en concreto.
Los hongos pueden suponer una verdadera amenaza para la salud de la planta, no obstante también pueden prevenirse y erradicarse de forma efectiva cuando la infestación ya se ha producido, además, es posible hacerlo empleando elementos naturales y que no resultan contaminantes para el medio ambiente. ¿Quieres saber cómo? Entonces no dejes de leer este artículo pues en él te explicamos cómo hacer un fungicida casero.
Fungicida casero con leche y bicarbonato
Los tipos de hongo que pueden afectar a una planta son distintos, no obstante, prácticamente todos ellos pertenecen a la familia Erysiphales, y pueden observarse a simple vista como si fueran una especie de polvillo blanco o grisáceo (el tono depende de la especie de hongo). Antes de que podamos observar a simple vista este hongo, el polvo ya empieza a formarse bajo las hojas y en la tierra, por lo tanto, las inspecciones periódicas son necesarias para detectar esta afección lo antes posible.
Un fungicida es una sustancia capaz de destruir a los hongos patógenos y son muchos los elementos completamente naturales que poseen esta propiedad y que pueden ser utilizados para tratar los hongos en las plantas.
El fungicida casero con leche y bicarbonato no sólo es útil para erradicar la infestación fúngica, sino que además es adecuado para aportar nutrientes a las plantas, para prepararlo necesitarás los siguientes ingredientes:
- 8 partes de agua de lluvia (puede ser agua del grifo, pero en este caso debe dejarse reposar durante 2 días)
- 2 partes de leche desnatada
- 20 gramos de bicarbonato de sodio por cada litro de mezcla
Mezcla el agua con la leche y posteriormente añade la cantidad de bicarbonato correspondiente, introduce en un pulverizador, agita y aplica sobre la planta diariamente en el momento del atardecer.
Una vez erradicados los hongos, puedes aplicarlo de forma preventiva cada 15 días.
Fungicida casero con jabón y bicarbonato
Otra forma de hacer un fungicida casero es usando, nuevamente, el bicarbonato. Es una de las sustancias más habituales y también más medicinales, ya que es antiséptico, regula el pH y además favorece los procesos de cicatrización, por eso no es de extrañar que sea un ingrediente básico en múltiples fungicidas caseros.
Para prepararlo simplemente necesitarás mezclar los siguientes ingredientes:
- 4 cucharadas de bicarbonato de sodio
- 4 cucharadas de jabón neutro
- 3,5 litros de agua
- 1 cucharadita de aceite vegetal
Cuando esta mezcla adquiera un aspecto homogéneo añádela a un pulverizador y aplica sobre las plantas en el momento del atardecer, ya que aplicar un fungicida bajo la exposición solar puede causar quemaduras irreversibles en la planta.
Puedes aplicarlo diariamente hasta erradicar la infestación y posteriormente cada 2 semanas a modo preventivo.
Antes de aplicar masivamente cualquier tipo de fungicida casero sobre una planta, conviene realizar una prueba en una parte pequeña de la planta, ya que algunas plantas pueden reaccionar mal a alguno de los componentes, y en este caso, una aplicación masiva podría resultar nefasta.
Prevenir los hongos en las plantas
Cuando la planta ha sido colonizada por hongos, los fungicidas caseros deben ser la primera opción a emplear, pero la práctica más recomendable es hacer todo lo posible para prevenir que nuestras plantas reciban la desagradable visita de estos agentes patógenos.
Para ello es importante que sigas los consejos que te mostramos a continuación:
- Elige plantas sanas
- Siempre que sea posible opta por aquellas especies que son más resistentes a las plagas
- Practica la rotación de cultivos
- Es importante mantener el terreno de cultivo libre de malezas
- Ubica a las plantas en lugares con buena luz siempre que estas lo toleren
- Prepara la tierra para un buen sistema de drenaje
- Evita los estancamientos de agua
- Procúrale a cada planta el riego justo que necesite, no te excedas
- Riega preferiblemente durante la mañana para que parte del agua pueda evaporarse
- No riegues a la planta desde arriba sino desde abajo
- Debes mantener un espacio suficiente entre planta y planta, esta separación dependerá de las plantas que hayas elegido para cultivar
Llevando a cabo esta buena praxis lograrás reducir el riesgo de una plaga fúngica, aunque si finalmente detectas la presencia de hongos, aplica lo antes posible un producto casero adecuado como los que te hemos mostrado en este artículo.